Sin dudarlo, yo te cambiaría,
tu soledad por la mía.
Mis recuerdos, por tus besos,
plagados de amaneceres.
Tu sonrisa, por mis venas,
y la vida que va por ellas.
Sin dudarlo, yo te cambiaría,
mi punzante tierra, por tus serenas arenas.
Yo te cambiaría, mi empañada aurora,
por tu dulce sueño, que raya en la noche helada.
Y la brisa que te acoge,
la cambiaría, sin dudar, por volver a llevar,
mi nombre, en tu barca.
Dawn 30 de agosto 2016