Soledad persecutoria

Publicado el 01 septiembre 2010 por Looope


Vivir solo es es un placer. No hay que rendirle cuentas a nadie sobre tu estilo de vida, tus gastos o el manejo que haces del tiempo. Vivir solo es tener libertad absoluta de hacer lo que quieres, total autonomía creativa sobre tu destino.

Todo el tiempo veo gente lamentándose porque no soportan a sus parejas, o se limitan de hacer cosas que les gustaría hacer porque "bueno Luis, sabes que ahora somos más... y tenemos que compartir los gastos y las responsabilidades." A todos ellos les digo: ¡Patrañas! La única responsabilidad que tienes es contigo mismo. Esa es la clave de la felicidad.

Vivir solo garantiza tu salud mental. Mírenme a mí, libre y siempre explorando las oportunidades que me da la vida de regocijarme en mi plena libertad frente a los furibundos ojos de quienes se han atado. Tan libre soy que me aburro de tanta libertad y he comenzado a ponerme retos para desafiar mis límites del goce y el disfrute.

Por ejemplo, varias veces he comprado presentes que son para mí mismo. Pido incluso que los envuelvan en papel de regalo en la tienda y que la cajera escriba en una tarjeta anónima -para que la letra sea diferente a la mía- mensajes como "Para: Luis. Te admiro muchísimo." Cuando llego a casa, los escondo y olvido dónde para luego encontrarlos y sorprenderme. Y auténticamente me sorprendo, los abro y me pongo feliz. ¡Ah! ¡La colonia que quería!

Tener un admirador anónimo está muy bien. Sobre todo cuando te conoce tan íntimamente que sabe las cosas que te gustan y te las regala. Últimamente encuentro regalos por ahí escondidos. Regalos que son para mí, con notas anónimas que confiesan admiración.

Ahora que lo pienso, es un poco perturbador. Por ejemplo, ¿cómo supo cuál era la colonia que quería? Es extraño, la probé hace poco y no se lo había comentado a nadie todavía. ¿Y cómo entró en la casa? ¿Será que tiene copia de mi llave? Ahora estoy un poco preocupado. Dios mío, ¡creo que tengo un stalker y tiene las llaves de mi casa!

Voy a llamar a la policía.