Soledad que acechas…

Publicado el 23 agosto 2013 por Alvaeno @alvaeno

Fotografía de E. de Juan


IGarras afiladas;
soledad incierta
garabateada sin voluntad propia.
Cercenaron los cuchillos
el tiempo en compañía vivido
y quemaron Las Parcas
el corazón que anhelaba seguir siendo amado.

Un solo hombre, es,
simplemente,
un hombre solo:
Ante la noche.
Ante el día.
Ante el tiempo.
Ante la vida.
Ante la muerte.Un solo hombre es,
simple o complejamente:
Un hombre solo.
IIViene crepitando la luz
y la bruma marítima
se alza
ocultándome tu bello mascarón:
sobre la proa de mis sueños.
IIIEn el laberinto de arena
caen los toros de la noche.
Sobre la arena
laberíntica de tus ojos
que brotaron como amapolas rojas
los toros de la noche
braman la muerte
de nuestro amor.

IVSi voy
no sé hacia dónde.
Si vas
no sabes hacia dónde.
Si vamos juntos, quizás aprendamos el camino.

VUna bicicleta de niña
azul y blanca
dos perros callejeros
una gato blanco
y los toros negros de la noche
acechando con sus bramidos
como puñales afilados.
VICemento, hierro
y navajas afiladamente
azules.
Transeúntes pasan
como gotas de un río
hace tiempo desaparecido.
VIILa tarde es el momento
donde encaja la mortaja
del mundo en este esqueleto
que cree, vanidosamente, ser alguien.
La cosecha descansa
sobre la era del tiempo
para abrazar el olvido.

Escrito en las páginas en blanco de un poemario de Antonio Machado, en al año 2010, por Salvador Moreno Valencia.