Ya no creo en las estrellas,
solo creo en mí
y en mi universo azul,
donde tú no estás.
Ya no creo en la luna
ni en el aullar
de lobos hambrientos
mirando su blanca luz.
Solo creo en mí
y en mis sueños,
donde tú no estás.
Ya no creo en ti
y solo estoy yo.
Y en mi camino,
mil estrellas errantes
que titilan alrededor
de un único sueño.
Ya no creo en ti,
pues nada me diste
más que falsas promesas
con sabor a hiel.
Ya solo creo en mí
y en quienes conmigo caminan
y prometen azules verdades
y sueños remendados
tras las cicatrices que tú
hiciste en los míos.
Ya solo creo en mí
y en mi corazón azul,
en mis alas blancas,
en mi mundo pleno.
Ya solo creo en mí,
tu ya no existes
en mi esencia,
ni en mi alma,
ni en el olor de mi piel.