
Después del ruido, las prisas y la desesperación que provoca no encontrar el juguete favorito (que desemboca a veces en la pérdida de papeles por parte de los progenitores).

Después de ese animal tradicional que brota a la luz de las chimeneas. Tirones de pelos. Tirones de bolso. Compras compulsivas de última hora. Regalos caros que no vienen a cuento y la excusa “es que ya tiene de todo”… Después de todo esto viene la rutina, tan deseada. Oh! Rutina. Mi querida agenda. La escuela, deberes y quehaceres diarios. Tendré tiempo por fin. Enero es igual a paro. Quizás por eso soy un poco "Grinch".

Lo que de verdad me apetece es perderme en un sitio de estos, lejos de todo.



Este lugar en concreto está en Bélgica. Se trata de un “bed and breakfast” en medio del invierno flamenco. Roly Houses.



Casas de ladrillo y piedra que han reconstruido en 2002 para este uso y que casicualquiera pueda disfrutar del lightmotive del sitio. Ese cubo de vidrio que permite ver casi 180 grados a tu alrededor. Solo nieve y verde.



Han incrustado una estructura de acero para crear los espacios y la escalera. Una pieza a medida dentro de cada casa que contrasta y a la vez armoniza con los viejos materiales.


Feliz -y suave- cuesta de enero.
Un besitoo
