Revista Diario
sólo por ésta noche
Publicado el 25 agosto 2012 por InesnavasIgual que quien visita por segunda vezla escena del crimenasí pasea la imaginaciónpor el ángulo sobreviviente de las mesas.
Con discreción se buscan rastroscomo si de verdad hubiera acontecidoalgún crimen.Todo está en orden, se dice,aunque éste es el lugar donde la espera se cometeferozmente fiel a un cigarrillo.
Pero la muerte no está en éste lugar de tazasni en ésta aldea de sillas iguales y anónimas,ni es ésta tropa de caras como de otro planetaporque no fueron testigos.Lo que se bebe es el silencio ocupando unespacio demasiado amplio,y ése sí es el lugar donde la encuentras.
Van transformándose esos rostros dedesdichas ignoradashasta alcanzar el cargo de verdugos.Se medita en silencio: ¿es amor o es miedo?Entonces emerge lentamente dividiendo el crepúsculola estampa temible de un espectro.Atemoriza oírlo,la voz peleada con la vida:
-recuerdas tu reputación de reina solitaria,y sin embargo, de tu Lancelot, que ya duermelejano, nadie, ni tú, valuó el amor que amortajó su cuerpo-
Siniestro el velo de vocablos que se aquieta,helado, cuando el diálogo culmina.
Trona limpia la fila de tazas en la barra,se invierten sillas y la gente acarrealos aromas de las voces.
La ilusión se demora sobre las huellasde los pasos; de un ser real sóloqueda la niebla de alguien que no estuvoen ésta silla vacía,y que se ha fugado del espanto,al menossólo por ésta noche.
©® Susana Inés NicoliniTodos los derechos reservados