Al Piojo le gustan las señales. Probablemente, el ver Jungla Sobre Ruedas ha influido en él. Lo cierto, es que por ese o cualquier otro motivo, ¡a saber cuál!, le gusta ir viendo las señales por la calle. De esta manera conocemos los círculos, los triángulos y los cuadrados. Bien, el Piojo no sólo se fija en las señales sino que es respetuoso con las mismas, con las que conoce. De hecho, ya hablé de su fijación con los cambios de color del semáforo y de sus broncas a aquellos que intentaban cruzar antes de tiempo.
Su obsesión con el cumplimiento ya va más allá, ¡tampoco piensen que se ha vuelto un poli de tráfico, je je je! , pero, lo cierto, es que el piojo se fija y se mosquea si no se respetan las señales. Por ejemplo, en la avenida por la que vamos al cole hay señales que indican prohibido bicis, monopatines... pues, más de una vez se ha mosqueado cuando ha visto a ciclistas o a chicos con monopatines en ella soltando un ¡está prohibido!
Sin embargo, de la misma manera, que sigue las señales, hay algunas que las considera estúpidas. Sin ir más lejos, ayer estábamos ante la puerta del cole y se fija que hay una señal de Prohibido perros y va y me suelta:
Mamá, mira hay una señal que prohibe el acceso a los perros.
Yo primero flipo en colores "acceso", ¿de dónde demonios ha sacado esa palabra? ¿Por qué no ha usado entrada? ¿Irá para filólogo como su madre y su tía? Y tras estar alucinando y orgullosa del vocabulario de mi piojo le digo:
Sí, cielo, por eso Gabito no puede venir a buscarte y te espera en casa.
Y entonces con su lógica aplastante suelta
Pues, es una tontería, ¡Gabito sólo quiere jugar y chupar!
Besitos Avainillados