Originalmente el "Wellington" se hace cubriendo la carne con pate, unas setas y un vino oloroso, pero yo en esta receta la he hecho a mi parecer, con las cosas habituales que hay en la nevera. Creo que la elección de ingredientes ha sido muy buena, ya que un queso fuerte acompaña muy bien y la salvia tiene un aroma fresco y a campo que siempre remata perfectamente cualquier carne. Los hojaldres se consiguen en cualquier supermercado y son comodísimos de manejar. Así que no dejéis que esto de la masa os eche para atrás!
Se dice que el nombre del plato se le atribuye a
Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, mariscal de campo que derrotó a Napoleón en la batalla de Waterloo y al que le encantaba esta forma de preparar la carne.
Ingredientes para 4 personas:
500gr de solomillo de cerdo
1 rollo de masa de hojaldre fresco
100gr de queso roquefort
salvia fresca
sal y pimienta
aceite
En primer lugar, en una sartén, se calienta una cucharada de aceite y se añade la salvia picada. En seguida se echa la carne y se marca dándole vueltas unos 8 minutos. Mientras ponéis el horno a precalentar a 200º. Cuando la carne esté tendrá una pinta riquísima con la salvia pegada y muy doradita, así que la apartáis del fuego. Extendéis la masa de hojaldre y colocáis el queso. Encima de éste se coloca la carne, se salpimenta y se enrolla, cerrando bien todos los lados. Si los solomillos son pequeños puede que quepan dos en la longitud de la masa. Introducís la carne enrollada en el horno unos 10 minutos hasta que el hojaldre haya crecido y este brillante y tostado. Servís al momento y flipáis!
Yo lo he acompañado con un huevo escalfado y la verdad es que la yema era un complemento perfecto!