Somos una eternidad en una mota de polvo.
Somos vida entre Tierra y Cielo.
Somos alas que exploran los confines del alma.
Somos llanto y risa,
marionetas de emociones.
Somos golondrina y buitre,
las alas del egoísmo se expanden rápido.
Somos ventana y puerta,
abierta y cerrada.
Somos otoño,
los recuerdos del verano
emigran de nuestras ramas,
siempre permanecen en la cabeza
cada vivencia perenne.
Somos el secreto que habita en los labios,
pero no salta al vacío.
Somos, somos, somos.
Ni fuimos ni seremos.