Somos un sueño perdido en un Dios acabado
nacemos marcados con fecha de caducidad
comiendo y bebiendo, sufriendo y amando
creyendo, ilusos, que percibimos la realidad
sólo a través de unos sentidos mutilados
programados y reprimidos por una sociedad
que nos utiliza como vehículos animados
de su lasciva reproducción, hasta la saciedad.
Sólo vectores de un matriz sin dueño
apenas despiertas se te acaba el tiempo
para dejarte solo ante el desconcierto
de saber que las preguntas que has hecho
tienen respuestas antes de que el sueño
haya empezado en tu Dios tan ajeno
Magazine
También podría interesarte :