Revista Literatura

¿son las redes sociales el sueño americano 2.0?

Publicado el 19 febrero 2021 por David Rubio Sánchez
¿SON LAS REDES SOCIALES EL SUEÑO AMERICANO 2.0?
    Bienvenidos a la cafetería de El Tintero de Oro. Podéis pasar sin miedo ni mascarillas y, por supuesto, serviros tranquilamente cuanto café, té o infusión deseéis, además de las pastitas, bollos, tostadas o churros. Hoy toca debate sobre un tema que a mí me resulta apasionante: las redes sociales.    Pese a llevar poco más de una década con nosotros su calado en nuestra vida diaria sería, exagerando espero que mucho, comparable al nacimiento del primer hijo: te cambia los hábitos hasta el punto de plantearte ¿qué narices hacías antes en tu tiempo libre? Por no hablar de la generación nacida en este siglo, para quienes su vida digital es tan importante, o incluso más, que la vida real.    La pandemia ha terminado de asentar las bonanzas de la era digital no solo en el campo del ocio o entretenimiento, sino como parte fundamental del desarrollo económico. Por supuesto, ese campo fértil de oportunidades infinitas también incluye a quienes escribimos. De hecho, sin esta realidad digital no estaríamos compartiendo este espacio ahora mismo.    En lo que a la escritura se refiere, lo digital ha supuesto una revolución parecida a la que provocó la invención de la imprenta. El escritor ya no necesita a una editorial ni demás intermediarios para dar a conocer sus obras, bien comercializándolas, bien de manera gratuita.    Algunos logran una importante repercusión en las redes que los lleva a la firma de un contrato editorial. Un ejemplo de ello fue un tal Matt Stewart que, en el año 2009, y tras múltiples rechazos para su publicación, se decidió compartir su obra The French Revolution en Twitter y para ello empleó nada menos que 3.700 tweets. Al parecer, tuvo un enorme éxito en dicha red social y ello consiguió que una editorial se fijara en él y publicara su novela.    Un artículo publicado en el portal Tendencias21 se hizo eco de este logro con esta introducción:¿SON LAS REDES SOCIALES EL SUEÑO AMERICANO 2.0?    Al leerlo me vino a la cabeza aquel ideal de principios del s. XX que conocemos como El Sueño Americano y que el historiador James T. Adams definió en 1931 de la siguiente manera:
La vida debería ser mejor y más rica y llena para todas las personas, con una oportunidad para todo el mundo según su habilidad o su trabajo, independientemente de su clase social o las circunstancias de las que proviene.

    Los niños antes querían ser futbolistas y ahora YouTubers o influencers. ¡Forrarse de pasta jugando a videojuegos o haciéndose fotos! ¿Quién no quiere eso? Además, todos esos ejemplos parecen salidos de la nada, son personas como cualquier otra que de la noche a la mañana alcanzaron la fama y los followers. ¿Cómo no creer que las redes son un escaparate mundial en el que podemos mostrar nuestra habilidad sin ninguna limitación de clase o circunstancia?    En lo que se refiere a la escritura de tanto en tanto aparecen ejemplos como el de Matt Stewart o fenómenos como Anna Todd con su serie de novelas After, o el más reciente de Bartual en España. Ejemplos que nos hacen plantearnos ¿por qué yo no? Además, en las redes sociales existen miles, millones de escritores que publican sus novelas, editoriales que buscan autores a los que dar la oportunidad de ver su obra editada, blogs literarios, comunidades de decenas de miles de escritores y lectores. Eso solo puede significar que hay todo un mundo esperando leer nuestras letras y que no hay obstáculo para que nos ganemos la vida como escritores. ¡El milagro de la era digital!
    Tanta promesa de prosperidad me ha hecho preguntarme:

¿Son la redes sociales el Sueño Americano 2.0?

    ¿Queréis alguna cosita más? ¿Tal vez un helado? Si es así os informo que hay una máquina justo al lado de la puerta. Vainilla, chocolate… podéis serviros cualquier sabor que os venga de gusto.    ¡Ay, las redes! Bueno, lo primero que he de reconocer es que este último año me ha hecho más escéptico de lo que ya era en cuanto a la información que no conozca de primera mano. Así que ya podéis imaginar que en lo referente a las redes sociales me creo muy poquitas cosas e incluso esas las pongo en un prolongado período de cuarentena.    Por supuesto considero que las redes sociales son útiles, sin ellas, repito, no estaríamos aquí. Pero de ahí a pensar que en ellas todos tienen las mismas oportunidades o que sean el medio en el que alguien, sin nada más que su talento pueda, en lo que nos atañe, prosperar y convertirse en un escritor profesional… puff, creo que podemos contar con los dedos de una mano los casos en los que haya sido así.    Es muy romántica la historia que nos habla de alguien que comenzó a publicar su novela en una red social y, de la noche a la mañana, alcanzó millones de seguidores que lograron que en pocos meses las editoriales le suplicaran por publicarla, pero reconozco que eso me suena más a una campaña de márquetin previa a la publicación editorial que no la causa de la misma.

¿De verdad?, ¿pasar de 0 a 300.000 followers en una semana por una simple publicación?

    Como imagino que todos los que estamos aquí ya hemos tenido alguna experiencia en las redes, para que nuestras publicaciones tengan un mínimo de visibilidad necesitamos, primero, contar con seguidores y, además, seguidores muy motivados que compartan nuestras publicaciones en sus perfiles para que las mismas puedan expandirse. ¿Cómo conseguimos estos seguidores? Lo normal es interactuando con ellos, mostrando el mismo interés por sus publicaciones como el que a nosotros nos gustaría recibir hacia las nuestras. Pero de esta forma, salvo que tengamos un superpoder que logre detener el tiempo, a lo sumo podemos alcanzar algunas decenas, tal vez, una centena.    De esa forma, nuestras publicaciones serán visitadas, pero de ahí a alcanzar una difusión significativa que haga ponerse de rodillas a las editoriales media un abismo.    Para ello deberíamos contar con followers, y aquí hago un pequeño matiz semántico personal:¿SON LAS REDES SOCIALES EL SUEÑO AMERICANO 2.0?

¿Cómo conseguir followers en modo crecimiento acelerado?

    Por lo que he visto hay dos formas:

YO TE FOLLOWEO, TÚ ME FOLLOWEAS

    De tanto en tanto salen iniciativas en cadena cuya única finalidad es añadir dígitos al número de followers de tu perfil. Lo bueno es que es gratis, lo malo que es que esa relación solo queda en un megusteo ocasional. Eso sí, se incrementa el número de perfiles de tu contador.

COMPRAR FOLLOWERS

    En este caso ya tienes que gastar dinero, hay muchas empresas que se dedican a vender followers, y no solo bots, ¡hasta te venden perfiles reales! Y no solo eso, likes, retweets o comparteos, comentarios genéricos y personalizados. Vamos todo el pack completo.    Sin duda este sistema es más efectivo que el anterior, dado que quien los compra lo hace con una campaña de márquetin planificada y un producto ya terminado, sea un libro, canal de YouTube, etc. Necesita el impacto súbito que le haga muy visible en las redes para que el efecto llamada logre atraer a los usuarios reales al que va dirigido el producto.    De hecho, tampoco es demasiado caro y diría que tiene mayor éxito que pagar directamente a la red social por publicidad, por aquello de que un anuncio se muestra como tal, pero los followers comprados tienen la apariencia de algo espontaneo.    Sabiendo esto, permitidme que ponga en duda que en una semana alguien pase de manera natural de 0 a 300.000 followers por muy buena que sea su publicación.

¿SON LAS REDES SOCIALES EL SUEÑO AMERICANO 2.0?

900 euros es el coste para que tu cuenta tenga en Twitter 100.000 followers en un plis


    A todo ello hay que añadir que muchos de esos fenómenos literarios nacidos de la nada en las redes, en realidad ya llegaron a ellas con un equipaje previo en el mundo editorial lo que sin duda ayuda. Aunque también hay singularidades como Anna Todd, una joven que, al parecer, trabajaba en un restaurante, sin ninguna experiencia literaria previa, y que comenzó a subir su novela After Wattpad por capítulos. La historia es de amores juveniles que y según se dice arrasó entre ese público. La razón la desconozco, en una librería logré leer la primera página y, bueno… Quizá tenga mucho que ver el llamado fenómeno fan, pero soy incapaz de dar una razón a por qué esta autora sí, y otros millones que publican allá historias parecidas no. ¿Azar? ¿Estar en el momento y lugar adecuado?    Como estáis viendo, soy muy escéptico. Tal y como funcionan las redes sociales, en las que cada segundo se generan millones de publicaciones, se me hace muy cuesta arriba creer que alguien, solo por sus escritos, logre esa repercusión mediática. Y mucho menos en el mundo de la literatura en el que la demanda de ficción comprada es más bien escasa lo que me lleva a otra pregunta:

¿Realmente en las redes sociales hay tanto interés por la Literatura?

    En Facebook, por ejemplo, existen muchísimas comunidades literarias. Cuando nos conectamos a nuestras redes, las mismas nos sugieren un montón de perfiles literarios, anuncios, blogs literarios… Todo ello parece significar que existe mucho mercado para poder prosperar como escritor profesional.    En mi opinión, siendo eso cierto quizá no sea del todo cierto.    Eli Parisier acuñó el término Filtro Burbuja para definir la consecuencia de que los algoritmos de las redes sociales nos sugieran recomendaciones en función de nuestros aficiones, gustos y comentarios, basándose para ello en los llamados sesgos cognitivos, provocando que los usuarios se vayan aislando en burbujas culturales o ideológicas, fomentando una visión cada vez más estrecha de la realidad.    Un sesgo cognitivo es un error de nuestro cerebro al procesar la información recibida y que afecta a nuestra toma de decisiones. Por ejemplo, ante dos informaciones siempre tenderemos a dar por válida aquella que confirme nuestras creencias y por errónea aquella que las contradiga. Es el llamado sesgo de confirmación, que es el mismo que consigue que ante informaciones políticas, por ejemplo, tendamos a compartir aquellas que resulten positivas para los partidos políticos afines a nuestro pensamiento, pero no así las negativas.    El caso es que a través de este y otros, la red social va conociéndote y conforme vas clicando y navegando le estás desvelando tus gustos al algoritmo de marras para que este te ofrezca una información a la carta para que hagas clic.    La consecuencia es que a cada uno de nosotros se nos muestra solo una parte de la realidad. En el caso de los escritores, en su red aparecerán continuas sugerencias de libros, publicaciones literarias, comunidades, perfiles de escritores, etc. Y con ello entran en juego otros sesgos: el de arrastre, que es el que nos hace creer en algo porque muchas personas lo hacen; y el del Falso consenso, que es la creencia de que nuestros hábitos, gustos u opiniones están más extendidos de lo que realmente están.   En definitiva, los algoritmos nos llenan de información relacionada con el mundo de la literatura y ello nos puede hacer pensar que el mismo tiene más presencia en la sociedad real de lo que la tiene. Esto nos puede generar unas expectativas desmesuradas respecto a los lectores que potencialmente estarían interesados en nuestra obra.    A ello se puede replicar que esas comunidades de Facebook cuentan con decenas o cientos de miles de miembros; o que en Wattpad, están registrados 40 millones de usuarios, se han subido 150 millones de historias y que cada segundo se sube una nueva publicación. Pero lo que yo me pregunto es ¿cuántos de esos miembros son lectores buscando lecturas o son escritores dando a conocer sus obras? El matiz creo que es importante. Yo me inclino por lo último, dado que últimamente parece que el mercado editorial está más enfocado en hacer negocio con el escritor que con el lector.

¿SON LAS REDES SOCIALES EL SUEÑO AMERICANO 2.0?

¿Hay más escritores que lectores?


No hay nada nuevo bajo el sol

    No nos engañemos. Cambian las épocas, pero no las dificultades. No existen los atajos y la promesa de prosperidad de la nueva vida digital no difiere de la vida analógica. Antes, el problema era publicar, pero había muchas editoriales y muchos formatos (libros de bolsillo, revistas,...) que hasta te pagaban por tus relatos. Ahora el problema es que alguien llegue a tu obra, que sea visible, y aun así que esté dispuesto a pagar por ella.    Hace unos meses salió la noticia de una influencer que al parecer contaba con dos millones y medio de followers (la mitad falsos, eso sí) y ello la animó a crear una marca de ropa. Se gastó mucha pasta en ese negocio, y se arruinó. Solo vendió 36 camisetas. Muchos autores de éxito viral e inmediato lograron firmar por una editorial, encandilada por sus followers, pero luego sus libros tuvieron escasas ventas y ya no volvieron a publicar.    Y es que el éxito es menos frecuente que el fracaso, el ideal de prosperidad está bien, siempre que no nos lo creamos. Porque entonces llega la frustración. Parafraseando al premio Pulitzer Chris Hedges, trabajar duro y obedecer las reglas no lograrán que el éxito sea inevitable.    A todos nos gusta que nos lean y seguro que muchos desearíamos poder ser escritores relevantes para dedicarnos de manera profesional, pero si ponemos el foco en ello nos equivocamos.    Enfoquémonos solo en nuestra escritura, usemos las redes para adquirir experiencia y disfrutar de la compañía de nuestros seguidores y compartamos con ellos nuestro camino literario.    Solo ese camino es seguro, así que disfrutémoslo recorriéndolo.
    Bueno, ya tengo la lengua seca así que ya me callo y os paso el turno, ¿qué os parece? ¿Es oro todo lo que reluce en las redes?, ¿cómo ha sido vuestra experiencia en las redes?, ¿habéis publicado algún libro?, ¿qué tal os ha ido? Como pretende ser un debate podéis responderos o contrastar opiniones unos a otros con total libertad.
    ¡Saludos Tinteros!

    

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