¿Habéis imaginado alguna vez de qué color es el alma y si tiene olor? Me gusta pensar que el alma tiene mi color favorito: el azul. Y también imagino que se tiňe de un azul más intenso gracias a los brochazos de alegría que le dan las personas que quiero y que deseo que estén en mi vida.
Me gusta pensar que, en algún momento, yo también ayudo a colorear el alma de alguien, a azular (¿existe "azular"?) más su vida y a pintar una sonrisa en su cara.
También pongo olor al alma. A veces huele a café compartido; otras a colonia Nenuco; en ocasiones a mar; en otoño a hojas secas y lluvia...
Quizás pienso todo esto porque soy una soňadora, tal vez porque me gusta creer que, pese a los malos momentos, siempre queda el alma y quien nos la llena de color y aroma... Es agradable soňar. ¿Soňarán las sirenas varadas lo que yo sueňo?