Todos hemos volado alguna vez con un ángel...
El mío, siempre llegó tatuado, ebrio, y bajo la nieve, y pintado del rojo del carmín de mis labios en el cuello de su camisa.
No hay que escupirle a un ángel en ocasión alguna... Tal vez algún día vuele tan desamparado como nosotros mismos.Un beso, y gracias por volar conmigo hoy, y sin nada de vuelta!!!No esperen ya nada de mí.Yo ya no espero nada de nadie... ni siquiera de todos Uds.