Caspar David Friedrich, Krähen auf einem Baum(Árbol con cuervos), 1822
Esta
noche tan oscura y cerrada
un
fuerte viento agitando las ramas.
Las
luces del bosque son como flamas,
la
sombra de la sombra es abnegada.
Mis
ojos buscan la luz entre nada.
Solo
veo el negro en todas sus gamas
y
espectros perdidos salen de llamas.
Es
el mal, que quiere mi alma olvidada.
Los
aullidos de los lobos me aterran.
Un
frio gélido me cala los huesos.
Malos
sueños en mi mente se aferran.
Hay
unos monstruos que juegan traviesos
mientras
mis miembros, despacio me sierran
y
entre las flores esparcen mis sesos.