Mis ojos buscan la luz entre nada. Solo veo el negro en todas sus gamas y espectros perdidos salen de llamas. Es el mal, que quiere mi alma olvidada.
Los aullidos de los lobos me aterran. Un frio gélido me cala los huesos. Malos sueños en mi mente se aferran.
Hay unos monstruos que juegan traviesos mientras mis miembros, despacio me sierran y entre las flores esparcen mis sesos.