Mi casa está llena de sonidos de juguetes. Por alguna razón que no es falta de baterías, el conejo ha dejado de decir a todas horas que es el mejor amigo de B. Supongo que ya sabe que nos convenció. Ahora, los protagonistas en sonido son el caracol, con su "¡Yuuuujuuu!", y el teléfono.
No sé qué en qué anda el caracol, que de la nada se pone tan contento; pero aunque puede sorprenderme, ya sé que es él, y está en lo suyo. El teléfono, en cambio, me hace buscar mentalmente mi teléfono cada vez que suena.
Silvia Parque