"Las palabras eran perlas con las que podría hacer collares, ladrillos con los que construiría castillos, lodo con el que fabricaría personas. La poesía también sería una máscara, tras la cual escondería sus verdaderas intenciones. ¿Por qué no pensar en Francisco de Quevedo, un poeta genial? Él era el ejemplo a seguir. Bastaba con recordar la anécdota aquella de cuando los caballeros de la corte habían apostado a que nadie se atrevía decirle a Su Majestad, la reina de España, que era coja y él, Quevedo, por medio de un poema virtuoso se lo enrostró: «Entre el clavel y la rosa, Su Majestad escoja... »
Sor Juana podría expresarse a plenitud sin dejarse sorprender ni acusar por cualquier prelado de la Inquisición. Copiaría al gran maestro. Todo se puede decir sabiéndolo decir. ¿Qué la vida es un juego? A ver quién me atrapa" - Extracto del libro Arrebatos Carnales, de Francisco Martín Moreno, en Editorial Planeta, 2009, pp. 376
Un poco más de Quevedo...
Sabed, vecinas,
que mujeres y gallinas
todas ponemos:
unas cuernos y otras huevos *
* Extracto de Letrilla Satírica