Sorprende a porteños granizada y temblor

Serían las 10 de la noche cuando empecé a oír el golpeteo del granizo sobre el techo de lámina de la bodega: hubieron chicas que empezaron a chillar asustadas por el fenómeno, como si fueran balazos, que no se veía desde hace cuatro décadas en Coatzacoalcos. Todo el día hizo un calor tremendo y la lluvia empezó con apenas unas gotas, lo que sí estaba fuerte eran los truenos. Luego se quitó y se quedó un vientazo frío. Noche de tormenta, enfrió bastante, pero ni así dejaban de pasar los taxis con pasaje para el malecón.
20.03.2012: El sismo empezó alrededor de las 13:30 y fue largo, lo suficiente para que, al desalojar la oficina, se hiciera un cuello de botella por la compañerita embaraza (hay que bajar tres escaleras). Yo estaba detrás del escritorio trabajando en la computadora cuando me sentí muy mareado. "Dios, ahora sí que estoy en las últimas", pensé. Luego escuché el típico "¡está temblando!" y el corredero de gente. Hubo quien se ocupó del protocolo y dio voces para que dejáramos las instalaciones a la brevedad. Había una muchacha hermosa que lloraba muerta de miedo, incapaz de dar un paso, afuera de la sala de sesiones y que pedía "Por favor, no me dejen sola, que alguien me acompañe". En la calle miré al cielo azul, coincidía con el viaje impresionante y hermoso de una parvada de garzas o patos, me pregunté si tenía algo que ver con el terremoto, que fue de 7.3 grados Richter y duró muchísimo. En la Ciudad de México las escenas de pánico fueron mucho más dramáticas, la verdad es que la gente no toma en serio los simulacros y luego no saben qué hacer.