Hubo un día que sentí que el mundo me quedaba pequeño, que no me alcanzaba la tercera dimensión. Debía extenderme más allá, nadar en otros planos. Debía mirar con el tercer ojo y sentir con el sexto sentido. Comunicarme sin hablar, leer los ojos de quien esta conectado a mi por un hilo invisible. Me dí cuenta que seguir nuestro instinto es mucho más acertado que seguir nuestros pensamiento. Descubrí que me llamo Eleonora Valentini sólo porque así lo decretaron, nadie me pregunto como me gustaría llamarme. La realidad es que no tengo ni un nombre; ni un sexo; ni una forma, porque soy algo más que eso... Algo extracorpóreo; atemporal; infinito; eterno; ancestral. Con mil nombres, mil sexos y mil formas... Soy un universo infinito de posibilidades de ser.
©by Eleo