A veces la sorprendo mirando su fotografía, sabiendo que no obtendrá ninguna respuesta. Le habla como si aún estuviera aqui, como si pudiera acariciar su mano y su rostro. Vive por él, respira por él, y aún siente su cariño en cada paso que dá. Pero solo a ratos es consciente que ya no está. Que un día se fué hacia un lugar desconocido del que nadie ha vuelto aún. Y guarda sus fotografías entre todos sus recuerdos y hace memoria de lo que fueron aquellos tiempos. Y ella siempre sonríe, porque, sabe que él la protege. Ella no tiene miedo a la muerte porque anhela su encuentro. Y mientras se contenta mirando su rostro entre los recuerdos, porque , solo así es capaz de olvidar su soledad. Y como un ritual vuelve a guardar las fotografías en aquella caja vieja de cartón, donde al cerrarla, guarda también su dolor ...