Revista Literatura

Subjetiva libertad de expresión

Publicado el 09 septiembre 2011 por Marga @MdCala

La libertad de expresión es un concepto tan subjetivo que cada persona lo interpreta a su modo y manera. Según cómo le vaya a cada uno su feria personal -su guerra verbal y sus intereses particulares-, así será de amplia o estrecha la libertad de expresión existente.

A mí, que soy incapaz de emitir descalificaciones (y no por falta de ganas) en un comentario escrito en cualquier medio virtual (o físico si se terciara), se me han censurado mensajes por no seguir -simplemente- la línea editorial del periódico o revista en cuestión. Sólo por mostrar mi desacuerdo con lo publicado y  a pesar de no incumplir claramente ninguna de sus condiciones de uso y servicio, tales como quebrantar las leyes españolas, ofender, insultar, hacer apología del terrorismo, racismo o xenofobia, spam, auto-promoción, etc. Incluso así, mis palabras -en alguna ocasión- han quedado perdidas en la nada de la virtualidad.

Eso sí me parece un atentado contra la libertad de expresión, y no porque fueran comentarios míos (son los que conozco y puedo dar fe), sino porque no se pueden censurar palabras sólo porque muestren una opinión distinta a la expresada por el autor/escritor, y máxime cuando son realizadas con la mayor educación y cortesía. Esto dice muy poco (o mucho según se mire), del medio afectado.

Sin embargo, y Twitter es un ejemplo cercano de lo contrario, sí estoy de acuerdo con que cualquier medio de comunicación donde se manifiesten opiniones de muy diversos tipos, la organización/dirección se signifique a favor de ese control de la verborrea expresa, para mayor bien de la comunidad. Generalmente, esto queda expuesto en sus condiciones de uso, si bien no siempre se cumple.

Alegando libertad de expresión, no se puede dar cobijo a manifestaciones a favor de desviaciones, delitos, faltas, acosos, ataques, enfermedades y demás actuaciones indeseables, emitidas por personas cuyas mentes están claramente perturbadas. Alegando libertad de expresión, no se puede mirar para el otro lado, a no ser que tu conciencia sea tan menuda como la del atacante. Alegando libertad de expresión no se puede entrar en una página web o blog cual equino Othar y arramplar a base de injurias y calumnias con todo el trabajo de una persona. Alegando libertad de expresión no se puede ser un imbécil (ni su cómplice), en definitiva.

Subjetiva libertad de expresión

Mi opinión personal es que debe existir la repetida libertad de expresión pero siempre contemplando una serie de limitaciones, de todos sabidas y antes expuestas en algunos ejemplos. Aunque debo añadir, y esto lo he comprobado en muchas ocasiones, que cuando alguien intenta dejar en evidencia -con malas artes o sarcasmos- al autor de una publicación, el tiro suele salir por la culata y quien queda a la altura que gana es el tocapelotas/troll en cuestión, al que le estará bien merecido no volver a entrar en esa página web jamás.

Este blog fue acusado alguna vez de censurar comentarios, así como de disfrazar mis opiniones con nombres ajenos. Quienes me siguen -y siguieron en su día- saben que aguanté el tipo (desde el silencio) hasta que unas ruines amenazas (que debí desoír) se hicieron presentes. Hoy sólo me arrepiento de algo: de haber dado tanto pábulo a la ira y complejo ajenos. Hoy no hubiera permitido que el asunto llegara tan lejos, únicamente por salvaguardar la dichosa libertad de expresión…

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Marga 1204 veces
compartido
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta

Dossier Paperblog

Revistas