Suciedad

Aplaudimos un buen acto mediante nuestras redes sociales, para que los demás vean lo solidarios que somos y luego cuando vamos por la calle nos cambiamos de acera para no ver a ese mendigo en la puerta de algún supermercado y, por supuesto, no darles dinero.
Nos unimos a todas esas ridículas modas que, al final se convierten en injusticias realidades, para decir que todos somos iguales y que el que es "guapo" no es superior a la gente con acné y/o alguna tara física; pero luego nos reímos y evidenciamos a quien tiene la autoestima por los suelos y, por tanto, se hunde por mínima que sea la crítica.
Nos unimos a todas esas causas benéficas (sólo en Facebook y/o Twitter) para dar visibilidad de lo buenos que somos; y luego maltratamos a nuestro perro si es que no lo abandonamos.
Exponemos en nuestros perfiles de todas las redes sociales que tengamos, lo bisexuales que somos (y sólo porque nos hayamos dado un pico con alguien de nuestro mismo sexo en una noche loca de fiesta) cuando luego somos los primeros que repugnan cualquier beso homófobo.
Somos demasiado liberales con nuestros cuerpos y, por supuestísimo, con el del resto asistiendo a eventos donde se niegan las acciones que estén a favor del aborto y "las libertades" de las mujeres, cuando luego vemos por la calle a alguien provocando y la tachamos de puta sin ni siquiera conocer sus circunstancias ni su vida.
Por supuesto, qué menos que nombrar a esa gente que dice que va con la verdad por delante cuando ya todos sabemos que son los más falsos. A ellos, y a cualquiera de los que haya nombrado (sin ni siquiera mencionar sus nombres) FALSOS, QUÉ SOIS UNOS FALSOS, HIPÓCRITAS. Menos hipocresía, y más humanidad es lo que le falta a este mundo. Que no hace falta imaginarse un mundo utópico para poder vivir bien, simplemente es necesario empezar por pequeñas acciones para cambiar de verdad.