Lo primero sería preguntarnos dónde meter a 'El Chico del Periódico', es decir, en qué género introducirlo. Y es que estamos ante una de esas películas que, ya no es que quiera abarcar todo lo posible y más, sino que sus fronteras resultan tan difusas que acaba cruzando de un género a otro sin ningún tipo de regla acabando por formar un batiburrillo en la mente del espectador. Una especie de cubo de Rubik en el que se acaba llegando a las combinaciones más extrañas e imposibles pero nunca a la correcta. Desde momentos en los que comprobamos como Daniels nos ofrece dosis de moralina racial metidas, con calzador, en los peores momentos posibles, hasta otros en los que el alto voltaje erótico acaba por los suelos convirtiéndose en una semi-caricatura, que se acerca más a las películas pobladas de parodia cuyo título contiene la palabra "Movie" que a lo que aparentemente nos quieren vender, liderada por una Nicole Kidman, hasta arriba de maquillaje, que pese a cumplir ofreciéndonos la mejor interpretación de la cinta no acaba de ofrecer lo que podía haber dado con este personaje, principalmente, por esa confusa mezcla de géneros. 'El Chico del Periódico' se podría catalogar dentro de otros dos grupos: el de las comedias no intencionadas, y el de las comedias sin gracia. Rizando el rizo de las paradojas. Momentos esenciales en el conjunto final acaban por provocar una risilla, más de vergüenza ajena, que de propio divertimento.
¿Entonces qué es?
Bueno, pues, finalmente se podría ver como vehículo de lucimiento, principalmente físico, del protagonista de la estupenda saga musical 'High School Musical', Zac Efron que pone todo de su parte para deshacerse (?) de su estatus de chico de carpeta dando a la película una interpretación bastante notable para lo que hemos visto de él anteriormente. Daniels no escatima en mostrarnos planos de Efron aquí, y allá. El resto de las cuatro interpretaciones protagonistas, no acaban de desentonar pero tampoco resultan brillantes, Matthew McConaughey y David Oyelowo complementan al resto de personajes, mientras que la actuación de John Cusack condensa todo lo anteriormente hablado: una interpretación exagerada y excesiva que si bien puede estar justificada por el carácter de su personaje.
Una estética de textura algo underground, sudada y polvorienta aporta un toque de distinción a una película de la que pocas cosas buenas se pueden decir. Caldeado guión que carece de fuerza, energía e inspiración para acabar estrellando la película en el tedio, precipitando al vacío sus bases y su materia prima, potente. Aburre, simplemente. Aburren por sus intentos de retorcer una forma narrativa ya tocada por muchos, con mucho mejor resultado, descuidando su historia de intrigas judiciales y criminales en esa Florida de los años sesenta, que, prometía cuanto menos, un film interesante.
Finalmente, resulta grotesca y un vulgar producto de "tv movie" o "home video" empujado por estrellas internacionales y por el tirón en USA de la anterior película del director. No funcionan sus aspiraciones, resulta pretenciosa y sobre todo no suscita tanta polémica por su material como parece. No cabe duda, estamos ante una mala película.