Sueño: Coro de la abadía de Westminster

Publicado el 02 diciembre 2012 por Migueldeluis

Os reiréis de mi, pero está bien.

El mes pasado estuve atrapado en un sueño recurrente. Sueño de esos que tienes cuando estas dormido, he tenido de todas clases, inconfesables, incluso ridículos, pero este se llevaba la palma, porque además de todo lo anterior se iba repitiendo casi todas las noches.

Y pensaba que eso solo ocurría en las novelas.

Pues bien, el sueño era este: yo era uno de los niños del coro de la Abadía de Westminster y no pasaba nada más, solo cantaba.

Vale, no soy persona que le da muchas vueltas a los sueños. A veces me sirven de inspiración para una historia y poco más. ¿Por qué me importaba tanto este sueño en particular? Supongo porque me estaba dando la lata, lo que me llevó al fascinante mundo de la interpretación de los sueños.

¿Qué diantres significaba?

  • ¿Que debía unirme al coro de la Abadía de Westminster? Bueno, no tengo objeciones, pero tendría que reencarnarme y el Dios cristiano no se dedica a ese negocio.

  • ¿Unirme a un coro? Vale, eso requeriría un milagro un poco más pequeño… pero tampoco era eso,

¿Entonces, qué?

Lo vi cuando recordé mis visitas a la Abadía en Evensong, la oración de vísperas cantada. Eso era lo que anhelaba de Westminster.

O Lord, open thou our lips
and our mouth shall shew forth thy praise.

O God, make speed to save us.
O Lord, make haste to help us.

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost;
as it was in the beginning, is now, and ever shall be,
world without end. Amen.

Praise ye the Lord.
The Lord’s name be praised.

[…]

Yo también hago Evensong casi diariamente, también en inglés, aunque sin cantar, y últimamente la estaba haciendo de una forma más bien tristona, con ganas de terminar pronto, porque tengo que terminar mi “Productividad para Mentes Inquietas” y otras muchas cosas, como todo el mundo.

Era eso, sin duda.

No puedo compararme a nada parecido que puedan hacer en Westminster; carezco de la formación, el tiempo y quizás también el talento litúrgico para llegar a esos niveles. Pero podía hacerlo mejor, podía poner todo mi corazón en hacerlo bien, en llevar la belleza a cada palabra, aunque fuera en lucha con las sutilezas de la pronunciación inglesa.

Y eso exactamente es lo que hice. Y el sueño, esto es estrictamente cierto y no un recurso literario, y el sueño desapareció, porque ya no necesitaba soñar con Westminster, porque ahora yo mismo puedo rezar con todo mi corazón y eso, con la ayuda de la Gracia, es suficiente. Dios pone todo.

Quizás no seas religioso

Y pienses que esto no va contigo. Puede que hasta tengas razón y todo. Sin embargo…

Quizás si pones todo tu corazón en algo que haces “para cumplir”, quizás descubras algo de belleza y felicidad que hasta el momento te esté escondido.