En su toma de conciencia se encontró de frente a una figura grotesca a la que solo le faltaba respirar y lanzar algún resoplido o bufido. No sabía a qué se tendría que atener así que estaba expectante y rígida; y ella, irremediablemente se echaría a gritar de terror, pues aquello,lejos de implorar caridad o benevolencia, poseía una mirada terrible acompañada de unaexpresión diabólica; todo en conjunto no quedaba nada mal, pero solo por tenerla clarividencia de que se encontraba ante un tótem espantoso.
Pero qué hacía en medio de su camino un tótem de semejanteenvergadura y además, por qué no habíaruido de tráfico si sus tripas interpretaban la canción del mediodía. Miró a amboslados y no vio moverse nada, ni animado ni inanimado, todo parecíadesierto, extraño y desconocido; ¿dónde estaba ella?
Con hambre nunca fue capazde pensar, así que buscó en sus bolsillos restos de comida y encontrómedia palmerita de chocolate del desayuno del día anterior. No pudo evitarsentirse feliz por llevar otra vez la misma ropa y no ser tan glotona cómo alguiende su entorno la supone, lo que le llevó a poder saborear las sobras con esa alegríaque solo los que valoran la comida pueden entender.
Al extraer el apetitoso bocado de su bolsa cayóun papel al suelo, le resultó extraño, no lo había visto nunca, pero estabaescrito a mano y hacía tiempo que no veía una letra que no fuese de imprenta,la curiosidad le hizo agacharse a recogerlo.
Era una letra alargada sobre unpapel que, antes tuvo que ser servilleta de bar, hasta que restos de carmín ycafé junto a aquella bella caligrafía la convertían en una obra de arte digna de ir ya por siempre en su bolsillo.
En ese curioso momento, fue capaz de hacer 3 o 4 cosas al mismo tiempo yallí, para demostrarlo, mordía la palmera sujetándola solo los labios mientras con la mano izquierda depositaba elenvoltorio sobrante en la papelera cercana a la que, solo miraba de reojo, porqueya había calculado la distancia, el viento y la fuerza de acompañamiento con la que encestaría sin duda alguna; y simultáneamente, estaba eclipsada escrutando ahora al tótem, ahora a la servilleta, otra vez al tótem y ojo a la servilleta que mantenía en posición de lectura en su mano derecha, pero es que además, respiraba e intentaba pasardel agudo dolor de su callo.
La nota decía así:
“Si estás leyéndome, estarás delante del tótem, come tranquila y no pierdas la calma”
Se le abrió la boca de par en par cayéndose un gran pedazo de palmerita al suelo, salvándose tan solo elmuerdo y efectivamente, volvía a estar haciendo 3 o 4 cosas al mismo tiempo, asaber, respiraba emitiendo bufidos, salivaba para tragar el muerdo de palmerita y así tener la boca despejada para poder gritar, girabaenderredor su cabeza buscando quién la observara, intentaba pensar, pero solo le salían de sus conexiones neuronales palabrotas por tan irremediable pérdida chocolatera y... comenzó a ser consciente de una terrible sensación de agobio que le impulsó a echar a correr a pesar de las protestas de su callo mientras emitía en un hilito de voz un... ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!
Corrió por lo que parecía una pequeña selva y notó a su costado derecho un peso de algo que se zarandeaba, volvió a hacer otras 3 o 4 cosas al mismo tiempo pero, todas muy relacionadas con la huida, a saber, respirar, correr, tragar saliva, mirar hacia adelante, mirar hacia atrás, mirar a la izquierda, mirar a la derecha y... No sabía dónde estaba, pero reconoció el objeto que enfundado colgada de su cintura... sí, era un hacha dorada, se sintió a salvo con aquel objeto y paró en seco pues tuvo ganas de ponerse a talar aunque jamás en su vida lo había hecho, y se dirigió a una gran planta que tenía delante con el hacha en la mano y un brillo especial en sus ojos...
Continuará...
{¡B U E N A_____S U E R T E!}
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