Tuve un sueño del que no recordé la parte de en medio hasta entrada la mañana. Una parte algo extraña:
Para contextualizar mencionaré que conozco a una niña bonita a la que tengo especial cariño pero que no es parte de mi cotidianidad; la conozco porque nuestras familias han sido amigas durante décadas. En mi sueño, ella estaba demacrada y famélica, en un cuarto de una vivienda de quién sabe quién, a la que yo llegué quién sabe por qué; tomé en brazos su cuerpo encogido de tan maltrecho; le pregunté por su abuela, por sus tías, por su tía abuela, y de algún modo yo entendía que habían resuelto abandonarla ahí. Entonces aparecía su mamá, guapa y normal. No me queda claro si yo pensaba en llevármela: el sueño pasó a otra cosa.
Antes, yo había estado colgada de un hombre al que me había rendido. Después, cargué a mi hija que parecía un poco mayor de lo que es. Algo me estoy queriendo hacer saber: algo sobre estar en brazos.
Silvia Parque