Revista Literatura

"sueños de ácido" (9) - los diggers

Publicado el 05 septiembre 2011 por Javierserrano
Texto extraído de la página 214 del libro "Sueños de ácido" de Martin A. Lee y Bruce Shlain, Editorial Castillarte. 
"Los espectáculos callejeros sonrituales de desahogo, reivindicación territorial (la puesta de sol,la circulación de vehículos, la alegría de la gente) a través delespíritu", proclama un manifiesto de los Diggers. "Nadiepuede controlar el momento único del cortocircuito que insuflarealidad crítica al juego. Si rompemos el cristal y eliminamos ladistancia almohadillada de los medios de difusión, puede que lospacientes ya nunca más respondan con normalidad. Se convertirán enactores de la vida... un reparto de seres liberados" (...)Los Diggers irrumpieron en escenadurante el verano de 1966, al escindirse un grupo de actores de laTroupe de Mimos de San Francisco para formar su propio colectivoabierto. (...) Los Diggers habían tomado su nombre deuna comunidad agraria británica que durante el siglo diecisietehabía predicado y practicado una forma de comunismo revolucionario.Los Diggers primigenios, que tenían la convicción de que l dinero yla propiedad privada eran obra de Satán, exigían el derecho deocupación para la gente y proporcionaba comida gratuita a losnecesitados. (...)Los Diggers nunca protestaron contranada y rechazaron dejarse seducir por las pretensiones románticas dela Nueva Izquierda, cuya fe en la eficacia de cantarle las verdadesal Poder ponía en evidencia su propia ingenuidad. (...) Lasmanifestaciones y las marchas pacifistas quizá suponían un escape alas frustraciones personales, una dosis de solidaridad dirigida alalivio temporal de la alienación, pero les parecía dudoso que tantodespilfarro de retórica y denuncia pudiera cuajar en algún tipo decambio real. (...)Aunque las características exactas delnuevo orden social nunca se habían articulado de forma consistente,se podía comenzar por postular la abolición de la división entretrabajo y ocio, de forma que la lógica del juego adquiriera de nuevopreponderancia en los asuntos humanos. El suyo era un juego al que sededicaban para ganarse el sustento.(...)Para los Diggers, el LSD era una patadade las gordas contra lo establecido y la manera de extender la propiapersonalidad hasta el perímetro existencial donde algo espectaculary formidable iba a producirse. (...) Pero nunca se aferraron a laidea de que si todo el mundo "sintonizaba", las cosas iríande primera. Las pijotadas trascendentales del Oracle les resultabanchocantes por elitistas e insulsas y se mofaban de quienes tomabandrogas para descubrir la verdad oculta y el misterio de laexistencia.(...)En contrapunto a la etérea filosofíadel amor de los Niños de las Flores, ellos propusieron una éticaque se oponía al absurdo al grito de ¡LIBRE! Cuando empezaron aservir comida gratuita en el Panhandle durante el otoño de 1966, nose trató de un ardid publicitario aislado, ya que de hecho,semejante labor a los Robin Hood la llevaron a cabo de formacotidiana durante más de un año. Cualquier hippy (o carca, dabaigual) hambriento no tenía más que dejarse caer por el parque a lascuatro de la tarde, cruzar un gran andamio de color naranja (un"Marco de Referencia Gratuito") y a la manduca. Tambiénmontaron una tienda donde repartían de forma gratuita una granvariedad de productos "liberados", la mayoría de loscuales eran donación de los comerciantes de la zona. Incluso teníanun cesto que contenía "dinero gratis", en caso de quealguien anduviera escaso de efectivo. Desaprobaban absolutamente laobtención de cualquier tipo de beneficio, tanto si se trataba deventa de drogas como de souvenirs psiquedélicos durante la temporadaturística.(...)Este era el objetivo de las actividadesde los Diggers: convertir el teatro callejero en un arte, una óperasocial que encendiera y liberara el espíritu humano.(...)El anonimato era la piedra angular desus actividades y contribuía en gran medida a reforzar la místicadel grupo. Entre la docena de hombres y mujeres del grupo inicial nohabía ni líder ni portavoz. (...) También sabían arreglárselaspara mantenerse al margen de la atención de los medios decomunicación. Desconfiaban de la prensa no sólo porquedistorsionaba los hechos, sino porque encima se basaba en jerarquíasy ejercía de intermediario entre la gente y la realidad. (...) LosDiggers tenían poca paciencia con los periodistas y se cachondeabande ellos cuando se les acercaban en busca de entrevistas.
Más información sobre los Diggers: http://www.diggers.org

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