Sueños de un hijo unico

Navegando por la web me encontré con una interesante entrevista a un joven de 18 años, colombiano, hijo único, que sus sueños llegan muy alto...a la NASA.Con esta experiencia empieza mi busqueda de experiencias de hijos únicos que han sabido llevar muy bien su vida como tales. Nunca solos, sino más bien influenciados por unos progenitores que supieron guiar muy bien sus pasos hacía sus sueños...Como un juego
“Desde niño, empecé jugando construyendo aviones a pequeña escala, me gustaba mirar al cielo y escuchar el rugir de un motor de avión”, comentó Gabriel Andrés sobre esa pasión que poco a poco se fue convirtiendo en una realidad, pues para este joven que, con tan sólo 18 años de edad, ser el más joven del grupo y participar en este gran evento, son motivo de orgullo y cumplimiento de algunas de sus tantas metas profesionales.   Aunque el aeromodelismo es un deporte íntimamente ligado a la actividad aeronáutica, se ha considerado que además de ofrecer las bondades de toda actividad deportiva, contiene un fuerte componente tecnológico que despierta el interés por todo lo relacionado con las tecnologías de última generación, y lo hacen especialmente atractivo a jóvenes con interés por adquirir conocimientos y dedicarse en el futuro al área científica de investigación y desarrollo, situación que se acomoda a la experiencia adquirida por Gabriel a su corta edad.   Sus Padres   “Mis padres no son ingenieros y tampoco pilotos, ellos no comprenden de dónde nació mi pasión por los aviones, sin embargo me han apoyado y han valorado todo lo que he hecho, porque me lo he ganado con esfuerzo y constancia. Ellos se sienten orgullosos por los logros que he conseguido”, aseguró este futuro ingeniero aeronáutico, quien cuenta que desde niño se emocionaba con los aviones, y cuando viajaba en uno pedía permiso para ir a la cabina de control y conocer su funcionamiento al lado de los pilotos, emoción que sin duda evidencia en su voz y es transmitida sin reparos.   Gabriel Andrés es hijo único y le encanta practicar en su tiempo libre diferentes deportes extremos como el ciclomontañismo y el parapente, actividades que comparte con sus amigos.
“Lo que más extraño de mi tierra es mi casa, mi familia y la comida”, comentó Andrés con nostalgia, porque compartir momentos de complicidad con su madre, Luz Marina y disfrutar los paseos en bicicleta con su padre Gabriel, son instantes que recuerda y añora, sin embargo la pasión por hacer lo que le gusta son su mejor motivación.   “He cumplido gran parte de mis sueños y para llevar a cabo esto lo más importante es confiar en uno mismo, así las personas tengan capacidades distintas, todos somos buenos en algo, todos tenemos un talento, y hay que tener seguridad en lo que se hace”, dijo Gabriel quien nunca se imaginó llegar hasta donde está que significa el cumplimiento de uno de los tantos sueños que ha tenido, demostrando así lo importante que es anhelar y ante todo trabajar para que la imaginación vuele más allá de las estrellas.   Después de leer esta entrevista, ¿lográn ver los puntos posítivos en su crianza?, por ejemplo yo veo que sus padres fomentaron su sociabilización con otros niños o jovenes en actividades recreativas. También pude notar el apoyo que sus padres le dieron desde pequeño para estimular sus habilidades o intereses. Me parecio muy bueno que cuando era pequeño pedía ir a la cabina de los Pilotos cuando viajaba en avión. Son detalles que cuentan. ¿No creen?   Fuente de la entrevista y foto: http://www.eldiario.com.co/seccion/VARIEDADES/sus-sue-os-vuelan-a-la-nasa100410.html