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Sueños en el umbral
Publicado el 14 mayo 2010 por IcíarEscritora: Fátima Mernissi
Me apetecía leer algo fresco, más alegre, y que además pudiera ser real.Así que me fijé en esta mujer, para los que no lo sepan, Fátima Mernissi obtuvo el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003.
Bien, este libro, «Sueños en el umbral», es un libro autobiográfico de su infancia. Así que, como ella es de 1940, el libro nos trasladará a los años 50-60 de Marruecos, concretamente a Fez, la mítica ciudad marroquí del siglo IX.
Fátima con un espíritu juvenil, a través del lenguaje de la niña, pero al mismo tiempo inteligente, nos cuenta cómo vivió en Fez; las costumbres tradicionales tan jerarquizadas en la familia y en la sociedad; la cotidianidad de su escuela coránica; la escena política de la época colonial, dice ella: «las dos tribus de cristianos que no se llevaban nada bien: la de los franceses y la de los españoles»; los cambios que se iban apuntando y produciendo, sobre todo con el movimiento de los nacionalistas marroquíes con su lucha, y sus promesas de igualdad para todos, y sus proclamas a favor de un mismo derecho a la educación para ambos sexos, derecho a la monogamia, abolición de la reclusión y del velo. Hay que recordar que en 1956 Marruecos obtiene finalmente la independencia. Y dice ella: «Sobre 1960 ya no se veían en la Medina de Fez pañuelos de gasa negra sobre el rostro de las mujeres jóvenes, sólo las ancianas y las jóvenes campesinas recién emigradas a la ciudad continuaban usando el velo» es que para las campesinas, el uso del velo, era una distinción de ser chica de ciudad, en el campo esa costumbre nunca arraigó.
En primer plano del libro, el harén, sus costumbres y su funcionamiento, es que es un libro de harenes y fronteras. El harén visto como frontera, como separación también. Me gusta esto que dice de las fronteras:«La frontera era una línea invisible que imaginaban los guerreros. Sólo hace falta soldados que te obliguen a creer en ella. La frontera está en la mente del poderoso»
Llegaremos a entender lo que realmente significa el harén, sin mezclarlo con la idea exótica de los cuentos de Las mil y una noches. Dice ella: « No es la poligamia lo que define a un harén, sino el deseo de los hombres de recluir a sus esposas y mantener una familia ampliada en vez de dividirla en unidades nucleares» «El harén se relaciona con el espacio privado y las normas que lo regían»
No hay amargura en el libro, aunque sí es crítico y reivindicativo de una libertad que ya desde su abuela, a su madre con sus sueños de independencia la estaban empujando a ella a que luchara por volar, ¡¡y vaya si ha volado‼
Nos cuenta la parte entrañable del mismo, a través de las diferentes personalidades de sus mujeres, como la tía Habiba, y sus cuentos de los viernes que todos escuchaban, esas historias maravillosas y su alegría; la abuela materna Yasmina y su fortaleza; la prima Chama y sus dotes para la creación teatral, que cuando estaba de buen humor «¡enardecía toda la casa‼» y también sus épocas grises de decaimiento, quizás la jovencita que más dolor padecía por estas ataduras.
Un dato: «Antes de la proclamación del estado de Israel en 1948, en Marruecos al menos estaba muy extendida la idea de un estrecho vínculo cultural e histórico entre judíos y musulmanes, probablemente debido a que ambas comunidades conservaban fresca la memoria de la Inquisición española….. La cultura de la comunidad judeo-marroquí, una de las más antiguas del mundo, ha desaparecido en menos de una década»
También entre líneas, algo a meditar y que en un momento dice: «el mundo musulmán en lo que se refiere a sus mujeres, ha retrocedido desde la época de mi abuela»
Para despedirme, me apunto a las dos características que Fátima valora en una casa: un buen baño y la azotea, pero no la azotea de las casas occidentales, sino esa terraza amplia situada encima de las casas en la que estás en contacto directo con el cielo y el panorama de la ciudad. Allá donde todos los males desaparecen.
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