Revista Diario

Suerte...o no

Publicado el 21 octubre 2010 por Bloggermam
Suerte...o noYo soy una persona de ciencias por casualidad, pero de ciencias al fin y al cabo. Como tal, trato de ser objetivo y creer sólo en lo que puedo razonar. Ni tan siquiera me llego a fiar de todo lo que veo, que ya dijo Descartes que nuestros sentidos nos engañan.
Por otro lado tengo tendencia a contradecirme, a lo mejor porque en mi interior albergo una eterna lucha entre ciencias y letras. Lo práctico y lo estético. Lo lógico y lo humano. En definitiva, debo de ser un ying-yang rodante. No sufro por mi condición, la asumo e intento sacarme el mejor partido.
Yo no creo en la mala suerte, tampoco creo en la buena. No creo en el más allá y en el más acá creo poco. Me dan igual las supersticiones, los malos augurios y desconfío de los buenos por si se cumplen. Ignoro las voces que vienen de la nada y me voy de fiesta, si cuadra, con súcubos e íncubos (prefiero los súcubos, los íncubos siempre son más fanfarrones). Paso por debajo de las escaleras sólo los días trece, me encantan los gatos negros y cumplí dos penas y un día por cada espejo que rompí. Sin embargo dicen que haberlas, haylas y no seré yo quien lo desmienta pues en ocasiones alguna me encontré.
Por ello me veo en la necesidad de contaros que el otro día tuve una conversación con una vecina que vive dos plantas más abajo de mi. Me contó la enfermedad de su marido, el fallecimiento reciente de su padre y las piedras del riñón de su hijo, mientras le enyesaban a su nieta un brazo y a mi mujer le curaban la peligrosa picadura del pez araña. Por otro lado el vecino de encima de ella, a la sazón el que vive debajo de mi, lleva varios meses de baja tras un latigazo cervical que se llevó en un accidente de coche. Otro vecino, el que suele vivir encima de mi está ingresado desde hace unas semanas en el hospital por una hemorragia interna y los dos más que hay por encima de él han tenido algún que otro percance. Yo por mi parte tengo algún ligero problema de estómago (un quiste y una úlcera) que puede ser debido a que me han invitado a irme de la empresa que estaba para ir a otra mejor, pero en la que no saben qué hacer conmigo todavía. El hijo de mi mujer tuvo un accidente de trabajo, afortunadamente el tendón se curó bien y tras el fallecimiento de mi cuñada y alguna que otra visita a urgencias no hay más incidentes que contar en lo que llevamos de año 2010.
La suerte, las rachas, los incidentes de cualquier signo van y vienen. Además siempre dependen de la capacidad que tenga uno para teñir la realidad. Puede que dentro de unas semanas empiece a tocarnos a todo el edificio la primitiva, o que algún fanático de Iker Jiménez quiera comprarme el piso. Yo estoy abierto a ofertas por este apartamento pues mis raíces siempre son ligeras.

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