Suny (2013) Sala Siroco. Madrid

Lugar: Sala Siroco. Madrid
Fecha: 20 febrero 2013
Asistencia: 50 personas
Artistas Invitados:
Precio: Gratis
Músicos: María Martín-Consuegra (guitarra y voz), David Gómez (bajo), Samuel Pozuelo (batería) y Miguel Ángel Ruiz (guitarra)
Setlist: París, Irracional corta larga espera, Decidido, Retrato, Despierta, No lo suficiente, Domingo, 123, Vicky
Conocí a María en octubre de 2011, en una furgoneta rebosante de talento que surcaba la A-2 rumbo a Zaragoza para asistir al primer concierto de la gira 'Hacia lo Salvaje' de Amaral. Si nos llegamos a estrellar el mundo de la música madrileño habría tenido prácticamente que empezar de cero, y obviamente no lo digo por mi, sino por gente tan luchadora y pasional como @musicazul, @Charly_HV, @Revista_HRB, @aranchamoreno y la propia @Ememece, todos pastoreados por @Kike_del_Toro y Pablo Camuñas (@prmsinfronteras), par de maquinones de la promoción de bandas de todo pelaje y, por qué no admitirlo, gurús de la noche sea en la ciudad que sea.
El post concierto estuvo a punto de acabar en drama pues yo tenía ciertas obligaciones en forma de crónica para Rolling Stone, y con el chin chin y el jiji jaja, taxi viene taxi va, las luces de neón me llamaban incesantemente. Pero en esas apareció el inmerecido ángel salvador en plan "vamos David que te tienes que ir, llamamos a un taxi y tiramos para el hotel, eh". Si no llega a estar allí María seguramente el festejo continuaría hoy día, taitantos meses después. De hecho más de uno, y aquí no vamos a dar nombres, ni deshizo la cama del hotel situado junto a la estación de tren y se adentró en la furgoneta en un estado deplorable. Tiroteados pero no habatidos, satisfechos por haberlo dado todo sin raciocinio.
La ruleta de la fortuna provocó que María (vamos a llamarla ya Suny a partir de ahora) terminara en Rolling Stone, responsable de escribir mi nombre entre el enjambre de colaboradores y encargada de poner nobles fotos a muchas de mis inconexas diatribas sobre decenas de conciertos, conformando entre ambos un preciso tándem que funcionó por última vez, por ahora, en el concierto de Jack White en La Riviera del pasado mes de septiembre.
Desde el primer momento supe de la dualidad María-Suny, y atendí con suma atención el relato sobre esa cosa rara que es La Casa con Ruedas, asociación empeñada en hacer de Daimiel (Ciudad Real) un lugar necesario paara la música nacional. Empresa ardua de cojones, hablando mal, pero sin duda viable, como ya se está viendo, gracias a la vocación y la pasión desmedida 'full time' por la música, ya sea ante o sobre un escenario. Arriba o abajo. Espectador o protagonista. Pero siempre con melodiosa cadencia incesante.
Y en estas estamos, casi año y medio después de aquel viaje relámpago a Zaragoza que tanto dio de sí, en la Sala Siroco asistiendo a la presentación del primer disco de una Suny que rebosa ilusión de manera no ya envidiable, sino insultante, regalando sonrisas como si no costara. Un álbum con el fascinante a la par que de alguna manera estúpido título de 'Los príncipes murieron en la II Guerra Mundial y parte de la I, querida'.

Doce canciones de ambiente campestre, sosegado, con predominio de sonidos acústicos, dentro de esa onda de cantautora folk tan presente en nuestros días. Composiciones de la propia Suny junto a su guitarrista, productor y compañero de batallas Miguel Ángel Ruiz, un orador inquietante pero con las ideas muy claras a pesar de todo. Tonadillas de amor y desamor, de suegras, de escapadas románticas, de la vida, relatadas con sentido, sensibilidad y, sobre todo, honestidad, defendidas con nervios pero con confianza.
Por todo ello os incito, instigo, empujo, azuzo, apremio, espoleo, solivianto, sugiero y obligo a visitar http://lascancionesdesuny.com y conocer un poco más de esta muchachilla de tres al cuarto que da siempre mucho más de lo que recibe, y no me refiero en este caso a las penurias económicas de todo periodista musical que se precie, que también, así como tampoco a las penurias economicas de todo músico que se precie. Los sinceros aplausos de la concurrencia así lo corroboran. Porque Suny brilla incluso en noches de luna llena, querida.