A finales de 1969 y coincidiendo en el tiempo con algunas de las mejores publicaciones de la historia del rock and roll, tres de las principales figuras que ha dado el blues se reúnen para grabar una sesión informal el 17 de Octubre de 1969 en Nueva York. Y el resultado que obtuvieron, fue una obra de una altura sin precedentes dentro de este género.
T-Bone Walker, Joe Turner y Otis Spann, son mitos de la música negra que posiblemente hayan sido los representantes más influyentes de este arte al que llaman blues. Su fantástica música, inalterable al paso de los años, posee un gran nivel y fue crucial para una buena parte de los grupos emergentes de rock-blues ingleses, proporcionándoles una base musical importantísima durante la década de los sesenta.
Este magnífico trío de ases, nacieron en los albores del siglo XX y fueron protagonistas de la modernización del blues tal y como lo conocemos hoy en día. Marcaron el camino, dando pasos esenciales y novedosos, como por ejemplo el caso de T-Bone Walker, que se convirtió en los años cuarenta en uno de los pioneros en electrificar la guitarra.
Originario de Kansas, Joe Turner también apodado “Big Joe Turner”, fue uno de los más sobresalientes vocalistas de blues, iniciando su carrera allá por los años veinte del siglo pasado, cuando todavía el jazz y el blues iban de la mano, teniendo un papel transcendental en el nacimiento del rock and roll en los cincuenta. Para el recuerdo colectivo, quedará su genial compañera de ruta, la vocalista femenina Bessie Smith, una de las voces más destacadas de esa época.
Y poniendo fin a esta apoteósica asociación, el legendario pianista del Mississippi, Otis Spann. Siendo el más joven, era un integrante habitual de la banda de Muddy Waters. Y también célebre, por tocar al lado de virtuosos guitarristas y por dar continuidad a otros músicos fundamentales del blues como Menphis Slim, Eddie Boyd o Roosevelt Sykes.
Bajo la producción de Bob Thiele, (recordado por trabajar con el mítico John Coltrane y otros artistas del Jazz en el sello Impulse) que ya había colaborado con algunos de estos miembros en solitario, decide invitar a otras estrellas para la realización del álbum, entre las que se encontraban, nombres como George “Harmónica” Smith, uno de los grandes armonistas de blues y componente de la banda de Muddy Waters.
Ampliaron esta inolvidable selección con la incorporación de Ron Brown (bajo), Arthur Wright (guitarra), Ernie Watts (saxo tenor) y Paul Humphrey (batería). Estos dos últimos, excelentes músicos de sesión afincados en California, que crean una espectacular base rítmica e impregnan al disco de una atmosfera increíble.
El álbum cuenta con escasos cuarenta minutos de duración y contiene solamente cuatro pistas, que fueron grabadas de una sola vez. Comienzan con una extensa “Paris Blues”, infinitos catorce minutos en dónde apreciaremos el sabor del auténtico blues y de como debe ser ejecutado.
Tres de los cuatro temas, son compuestos por T-Bone, exceptuando el segundo llamado “Here Am I Broken Hearted”, más corto pero igual de espléndido y que da paso a un extraordinario “Jot´s blues”, en el que se van intercalando las voces y la banda toca un blues sencillamente magistral. Y para terminar “Blues Jam”, del más puro estilo Chicago en el que los músicos nos dan muestra de su innegable talento.
Grabado originalmente por el sello Flying Dutchman Blues Time y publicado en 1970, no sería reditado en formato CD hasta 2001, cuando la casa discográfica RCA Victor decide rescatar una nueva edición. Lo dotaron de un sonido de absoluta gloria, elevándolo hacia los altares del blues. Desafortunadamente, poco después de salir a la luz pública este LP, el blues llora a Otis Spann, que nos dejó para siempre un maldito 24 de Abril de 1970, víctima de un cáncer a los 40 años de edad.
Pero como dijo antes de comenzar la grabación: “Amigos, vamos a tocar blues”….