Publicado el 13 septiembre 2010 por Elcocteldeloscuentos
Aún recuerdo el día en que lo dejé todo para convertirme en surfista de tu piel. Rompiendo las olas de todos tus rincones, intentando no chocar con tus lunares. Ahora te miro, y el maremoto que siento por dentro me desestabiliza y me hace caer de la tabla, porque te has ganado cada uno de los suspiros que me provocas, cada una de las sonrisas de atontada que se me ponen cuando te miro, y el cielo, cuando al enfadarme empiezo a alzar la voz y tu aguantas estoicamente la bronca del momento. Siento que por tus pupilas avanzo dentro de un tunel que desemboca en tu cerebro. Voy a picarte como un mosquito, a contagiarte de mí y atraparte, para que no puedas irte nunca. Que ya no quiero que sean otros dedos surfistas los que rompan olas en tu mar, que quiero ser yo la única que turbie tus olas, que enfurezca tu marea.