Me encuentro a 270 casillas por delante de ti, creíste ganar el juego sin pensar en que remontaría dando la vuelta a la partida. Juntos cantamos, cocinamos, comimos, cenamos, dormimos, desayunamos, amamos... pero sobretodo, jugamos. Jugamos a amar y ser amado, sin pensar en que uno de los dos saldría escaldado. Tu turno, tira el dado. Ahora avanza. Esta partida que nunca debió comenzar, parece nunca acabar. Mi turno, tiro el dado. Barrera, no puedo avanzar.