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Taller de escritura#1: La muerte viene sin avisar

Publicado el 23 julio 2013 por Bea Mendes
Taller de escritura#1: La muerte viene sin avisar
Aquí os traigo mi primer relato para el taller de escritura de Leara. La idea es que cada día 1 y 15 de cada mes escribamos un relato basándonos en una imagen o una canción previamente anunciada en el blog Be Literature. Yo me he inspirado en la fotografía, espero que os guste. ;D.
La muerte viene sin avisar
Eran las cuatro de la madrugada, cuando un fuerte estallido despertó al pequeño Peter. Abrió los ojos instantáneamente y permaneció en sock durante unos segundos, aunque a él le pareciera una eternidad. Cuando el fuerte pitido de sus oídos desapareció, pudo escuchar como alguien le gritaba su nombre. No entendía nada, no podía moverse. Lo que alcanzaron a observar sus ojos fue, que frente a su habitación, la casa había desaparecido, solo había escombros y oscuridad,  podía notar el aire de la calle en la cara. La habitación de enfrente, la de su hermana pequeña, había desaparecido. Desde donde se encontraba podía ver la calle. ¿Cómo era posible?
Peter pensó que se trataba de una pesadilla. Se tumbó y tapó su cara con la manta, pensó que si conseguía volverse a dormir todo volvería a la normalidad. Pero no fue así. Tras taparse la cara, esa voz que escuchó minutos atrás, volvió a gritar su nombre con más fuerza. Peter reconoció la voz, era la voz de su madre, pero con un tono que nunca antes había escuchado. Era como un grito ahogado. Antes de poder reaccionar algo le agarro y le destapó. Su madre tenía la cara y manos ensangrentadas, decía cosas que apenas alcanzaba a entender el pequeño Peter. Le giraba la cara de un lado a otro, como en busca de algo, y le abrazaba de una manera que llegaba incluso a doler.
—¿Qué ha pasado?, me haces daño —dijo Peter un tanto asustado.
— ¡Vamos, tenemos que salir de aquí! —espetó su madre cogiéndole con fuerza y arrastrándole por lo que quedaba de la casa.
Peter se resignó a seguir a su madre. Tras salir de su cuarto comprobó el estado de la casa. Prácticamente todo el ala derecha estaba en ruinas, como si algo gigantesco hubiera caído encima y lo hubiera destrozado todo. El baño y la cocina, que estaban a la  derecha, habían desaparecido. De la habitación de su hermana solo quedaba la mesa más o menos intacta, media habitación estaba derruida.
— ¿Mamá, donde está Penny?
— No lo se Peter, tenemos que encontrarla, no lo se... —la manera en que hablaba su madre hizo llorar al pequeño, que no entendía nada de lo que estaba pasando.
A duras penas, y bajando como podían por los escombros de la casa, llegaron a la calle. La gente corría de un lado para otro gritando nombres de otras personas, llorando, y en ocasiones incluso heridos.
— !Penny¡ —gritaba la madre desesperada por encontrar a su hija.
A pesar de no tener fuerzas para gritar, Peter intentó ayudar llamando a su hermana, pero apenas le salía un hilo de voz, las piernas le temblaban y aún le sonaba en su oído derecho un incómodo pitido.

Tras estar unos diez minutos buscando, cosa que a Peter le pareció una eternidad, encontró algo en el suelo.

Taller de escritura#1: La muerte viene sin avisar A pesar de tener la parte inferior atrapada entre los escombros, el pelo revuelto y la cara ensangrentada, reconoció a su hermana. No tuvo fuerzas ni para llamar a su madre, que se encontraba a escasos metros de él. La madre, al girarse, vio el bulto en el suelo y se acercó rápidamente. Intentó apartar los escombros de sus piernas pero eran demasiados pesados. Cogió la cabeza de Penny e intentó hacerla reaccionar zarandeándola e improvisando unos primeros auxilios, haciéndole el boca a boca. Nada resultaba. Se incorporó y comenzó a pedir auxilio. Es como si nadie la escuchara,  todo el mundo estaba histérico, incluso se escuchaban sirenas, pero nadie acudía a su auxilio.
— ¡Mamá, tienes que seguir ayudando a respirar a Penny! suplicó Peter, intentando que su madre reaccionara, pero se encontraba estática, con la mirada fija hacia el frente, hacia ninguna parte.
Peter, al no ver reacción alguna, movió la cabeza sin vida de su hermana hacia sí y comenzó a empujar su pecho de arriba a abajo y a hacerle el boca a boca. Recordaba haberlo visto en alguna película y tenía la esperanza de que, como en esta, la persona despertara. Pero este no fue el caso.

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