Es una expresión emocional, estética y filosófica marcada por una ambientación romántica: paisajes sombríos, bosques tenebrosos, ruinas, la noche, el amanecer o el atardecer como momentos con una magia especial; personajes extraños y fantásticos; elementos sobrenaturales y sucesos extraordinarios; misterio y terror.
Los escenarios suelen ser cementerios, catedrales, páramos, criptas, lugares oscuros y tétricos que crean en el lector el estado de ánimo adecuado.
Los personajes pueden ser vampiros, fantasmas, estatuas que cobran vida, demonios, esqueletos...cualquier elemento que la imaginación del autor sea capaz de crear, además de damiselas indefensas o malvadas (téngase en cuenta la época) y héroes románticos y valientes.
El máximo exponente de este género en nuestro país es Gustavo Adolfo Becquer con sus Leyendas, cuyas historias tenían un origen en la tradición popular y que él llevaba al extremo recreándolas de una forma lírica y fantástica.
Becquer fue el precursor de la prosa poética, y en sus Leyendas se percibe la fuerte influencia de la religión. El uso del tiempo presente en el relato crea una inmediatez que nos hace vivir el relato de una forma más real e intensa, como si formásemos parte de él.
Ejercicio práctico: escribir un relato gótico teniendo en cuenta los elementos mencionados.
A ver quien se anima!
Feliz semana