¿Sabíais que The Beatles fueron rechazados tras una audición con la discográfica Decca, pocos meses antes de firmar con Parlophone y convertirse en el grupo de mayor éxito de toda la historia?
Al poco tiempo, la cosa estaba así:
¿Os imagináis las caras de estúpidos que se les tuvieron que quedar a los "iluminados" que pronunciaron el fatídico "no"? ¡Yo no puedo evitar imaginármelos quedándose calvos de tanto tirarse de los pelos!
Pues del mismo modo, muchos escritores -hoy consagrados- vieron como les cerraban impunemente las puertas en las narices, y además, una vez tras otra, antes de reventar -literalmente- el mercado.
ALGUNOS EJEMPLOS ESPECIALMENTE DESTACABLES:
Ana Frank: "El diario de Ana Frank" fue rechazado por un total de 15 editoriales antes de ver la luz.
Pío Baroja: tuvo que editarse su primer libro de relatos "Vidas sombrías" por su propia cuenta (es decir, de su bolsillo).
Margaret Mitchell: "Lo que el viento se llevó" fue rechazado 38 veces.
Agatha Christie: luchó sin descanso durante varios años hasta que consiguió que alguien publicara su primera novela.
Ernest Hemingway: fue rechazado 27 veces antes de ser editado. Que luego ganara el Premio Nobel de literatura es lo de menos; lo importante es que encajó 27 derrotas una tras otra y siempre volvía a levantarse.
William Golding: "El señor de las moscas" fue rechazado 20 veces antes de ser publicado.
Gabriel García Márquez: no se dio por vencido cuando Carlos Barral le devolvió el manuscrito de "Cien años de soledad" argumentando que no había llegado a leerlo por falta de tiempo. Finalmente, el libro fue editado en Argentina y vendió millones de copias.
Stephen Khing: en la época en que vivía en una caravana y trabajaba en una lavandería, recibió docenas de cartas de rechazo para su primera novela "Carrie" (que incluso llegó a tirar a la basura). Algún tiempo después, en 1974, los derechos del manuscrito fueron vendidos a la editorial Doubleday por 400.000 dólares (de los años setenta), Dos años después, en 1976, la historia llegaba al cine con idéntico éxito dirigida nada más y nada menos que por el gran Brian De Palma.
John Le Carre: su primera novela "El espía que surgió del frío" fue rechazada por varios editores. Uno de ellos incluso intentó convencerlo de que "no tenía ningún futuro como escritor".
J.K. Rowling: "Harry Potter y la piedra filosofal" fue rechazada por decenas de editoriales, entre las que destacan algunas tan importantes como Penguin y HarperCollins. Al final le dio una oportunidad una pequeña editorial londinense, Bloomsbury, pero sólo porque la hija de 8 años del editor se lo rogó encarecidamente a su padre.
¿Qué quiero deciros con esto? Muy sencillo, amigos: que el que tiene que tener confianza en la obra es, antes que nadie, el propio autor. Ojo, porque eso tampoco significa perder en ningún momento la noción de la realidad: que no todo el mundo tiene las mismas aptitudes, y uno debe saber reconocer sus propias limitaciones.
Personalmente (y lo digo desde la más absoluta humildad) yo tengo una confianza férrea en mi obra La Espada de los Druidas (primera parte de la saga Las Crónicas de Vulcania), y pienso luchar por ella (y nunca mejor dicho) a capa y espada. ¿El resultado? sólo el tiempo lo dirá. Pero yo no pienso rendirme. ¿Y vosotros?
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