Tan pequeña como un arañazo

Publicado el 17 mayo 2011 por Elcocteldeloscuentos
Al principio era tan pequeña como un arañazo. Una pequeña fisura a la que no le di importancia. Luego, el arañazo, se tornó en grieta. Y yo pensé que mis padres tenían muchas grietas en su casa y no por eso se les caía el techo encima. Pasaron los días, y cada vez que me miraba al espejo, notaba que la grieta me observaba. Supongo que estaba esperando que hiciera algo con ella. ¿Cómo se tapa una grieta así? Me di cuenta de que no tenía ni idea y que llamar a alguien que me la cosiera me iba a salir por un ojo de la cara. Y la grieta comenzó a hacerse grande, a abrirse, deseosa de espacio nuevo. Día a día se hacía más profunda. Fue ahí, entonces sí, cuando empezó a dolerme. Me dolía en las venas y en las entrañas, en las aurículas. Me dolía al respirar profundamente, al caminar, al comer. Aquella grieta orgullosa, venida a más, me estaba partiendo poco a poco. Sobre todo lo notaba por las noches, cuando más furiosa estaba. Una mañana no tuve nada que hacer, ya no me miraba. Me había convertido en mil trocitos.

Estoy preparando los exámenes.
Estos días no podré conectarme, así que leeréis entradas que he programado,
como cuando me fui de vacaciones.
Tengo que estudiar, bastante. Bueno, tengo que estudiar mucho.
Deseadme suerte :)