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Tarde piace

Publicado el 21 abril 2013 por Eduardocarranzagazzani @ElPeriodicoPeru

TARDE PIACE.
Escrito por: Luis García Miró Elguera. (DIARIO EXPRESO).

¡Qué desparpajo el de Alejandro Toledo! Lideró un proceso que se opuso a la reelección presidencial porque consideraba que la falta de alternancia inducía a la quiebra del sistema democrático. Encabezó la Marcha de los 4 Suyos en protesta con lo que llamó la elección fraudulenta de Fujimori; catalizó a la oposición de entonces que representaba la democracia y el Estado de derecho; urdió con éxito un movimiento para captar el apoyo internacional que colaboró al derrocamiento del régimen fujimorista, acusado de autocrático y corrupto. Sin embargo no ha hecho lo mismo ante la espuria elección de Nicolás Maduro. Una actitud más que pusilánime de apoyo al sector radical del oficialismo. Él ha permitido que el presidente Ollanta Humala viaje a Caracas a convalidar la tramposa investidura presidencial del chavista Maduro, alentando el voto toledista en el Congreso.

Si hay algo censurable en el comportamiento de la gente es su falta de sindéresis; la incoherencia –hoy defiendo determinado principio y mañana hago lo opuesto– como método para flotar y mantener el statu quo. Y esto es lo que ha venido haciendo Alejandro Toledo desde que perdió –de manera inexplicable– la elección en 2011. Un golpe que desde entonces lo ha convertido en político sin rumbo; en un ser decidido a lo que fuere con tal de culpar al mundo entero de aquel fiasco. Un desastre del que –sólo y en exclusiva– Toledo fue el protagonista responsable gracias a la torpeza y fatuidad como actuó. El hígado y el resentimiento son los mayores enemigos del buen comportamiento. La persona inoculada con la ponzoña de la cólera y el rencor se transforma y procede de manera irracional. Y Toledo es, desde 2011, una víctima de ambos males. El problema es que el Perú ha acabado soportando las consecuencias del complejo personal de gente como él. Una conducta que se repite con mayor intensidad en aquellos individuos que no admiten fracasar en una elección; o sencillamente dejar el poder.

Toledo y Mario Vargas Llosa –también perdió una elección por yerro propio– nos impusieron la presidencia de Ollanta Humala para evitar un eventual triunfo de la hija de Fujimori (apellido condenado que derrotara electoralmente a ambos). Con ello nos incrustaron a la cohorte neo socialista y acomplejada que abrigaba esa postulación; un séquito que hoy pugna para llevar a esta nación por la vía castro-chavista. Año y medio después de que ambos personajes se irrogaran la facultad de aplicar su voluntad por encima del voto ciudadano, este país empieza a avistar problemas. ¿Qué opinan hoy los padrinos de Humala? Toledo ignora el fraude en Venezuela y desliza su oposición a la candidatura de la primera dama porque él postulará en 2016. Y Vargas Llosa denuncia el fraude en Venezuela a la vez que critica a Humala por decir “Chávez es el modelo a seguir”. Pero, tarde piace.

FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/tarde-piace


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