Revista Literatura

Té bien caliente

Publicado el 12 junio 2020 por Netomancia @netomancia

No le gustaba el té tibio. El agua tenía que hervir y la pava lanzar chorros de vapor por el pico y levantar la tapa al menos medio centímetro. Solo así, el té era té.

Tenía la boca acostumbrada y no se quemaba. Sin embargo, a sus visitas les advertía que debían esperar al menos cinco minutos para comenzar a beberlo. Lapso para el cual ella ya se había tomado el suyo.

Sin embargo, a Etelvina decidió no avisarle. Le había molestado que le criticara una foto en Instagram y sin dudarlo la invitó a tomar el té. Incluso, dejó hervir el agua mucho más de lo que acostumbraba.

Con solo el primer sorbo, a Etelvina le desapareció la mitad del rostro. Igual, no sintió mucho dolor. Una vez en el piso, la remató con la punta de un paraguas.


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