Me despierto. Uoooo, que sueño! Y ahhhh! qué dolor!!! Mi brazo se ha dormido! Sí, ya, como el resto del cuerpo, pero ya es hora de levantarse… ya ha sonado el despertador. ¡Brazo! ¿No has visto que el cerebro ya ha dado orden de despertarse?
Uoooo! Es una mezcla entre dolor, hormigueo, y un no se qué y un qué se yo… Ay!
Muevo el brazo despacio, bueno… intento moverlo porque no responde, va por libre, ayy…
Me ayudo con el otro brazo, lo muevo y sigue dormido… Hey! Vamos perezoso! Arriba!
Y de golpe se despierta y ya ni duele ni hormigueo ni nada de nada. Lo muevo, arriba, abajo, a los lados… sí, responde bien, sí.
Miro el despertador y ha pasado ¿cuánto? ¿10 segundos? ¿Cómo es posible?!?!?!? Se me ha hecho larguísimo el despertar hoy… pero es lunes y empieza la semana, así que:
¡¡¡MUY BUENOS DÍAS!!!
contadora de historias
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