Básicamente, este verano se basa en el título de esta historia diferente: la desconexión de la conexión. Estoy de vacaciones sin línea ADSL, y la cobertura de datos de mi smartphone funciona sólo en unos pocos sitios, y desde luego no dentro de casa. Qué cosas pasan todavía en los pueblos, ¿eh?
Al principio sólo me faltaban las gotas de sudor por la frente y espalda. Y no del calor, claro. ¿Qué iba yo a hacer sin poderme conectar a Facebook y ver qué están haciendo o dejando de hacer mis amigos? ¿ Y sin Twitter? ¿ Tendré algún +1 de Google+ nuevo en el blog? ¿Cómo irán las estadísticas de la página? Ahhhhhhh! Y además no puedo seguir contando historias diferentes… :’(
Pero eso sólo fue los dos primeros días…
Los emails importantes me siguen llegando cuando salgo a pasear. Y salgo a pasear por la mañana y por la tarde, incluso algunos días por la noche después de cenar a disfrutar del fresquito (con chaqueta y todo: es lo bueno de los pueblos de montaña en pleno verano ).
He cambiado las charlas con los amigos mientras miras el móvil por las charlas con amigos y punto. Sin mayores distracciones. Y sobre todo he “descubierto” que necesitaba una desconexión de la conexión, y la estoy disfrutando! Eso sí: hoy me he escapado a un cibercafé a quitarme el mono…
Volverás a tener más historias nuevas diferentes después del verano!
contadora de historias
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