-Prefieres quedarte en casa un fin de semana entero.
-Apenas te quedan parejas amigas con las que salir a divertirte, porque las pocas que siguen juntas tienen que cuidar de sus hijos o de sus padres.
-Desconoces las canciones de moda, a excepción de las que llevan letras o bailes ordinarios incorporados.
-Añoras la música disco en las salas de baile (ese raro día que vas), y aborreces los actuales ritmos “latinos”. Reggeaton incluido.
-Emites un gruñido o queja al tiempo que te sientas. Imposible hacerlo en completo silencio.
-En las conversaciones con terceros, el tema de la salud es prioritario. Se hacen comparativas de médicos y analíticas.
-Tienes hijos que ya prácticamente no hablan, porque están en su mundo de clausura virtual.
-Llevas tiempo en las redes sociales y aún no las dominas. La palabra WhatsApp te suena más bien a cachondeo…
-Quedas para salir, pero pones y recibes excusas de última hora por falta de ganas e ilusión.
-Te compras ropa “comodín”, en lugar de la que está de última moda y ni siquiera te importa.
-En tus zapatos predominan las cuñas y no los taconazos. Ir cómoda es lo esencial.
-Usas los pijamas de él, porque “¡Total, si no los va a ver nadie…!”
-Prohíbes a tu hija ir a cierta discoteca. Que se las ingenie como hiciste tú…
-Dejas de plantearte acudir a una fiesta de Nochevieja. Definitivamente, eso son “horteradas”.
-Tienes cita para diversos especialistas, aun sin dolencia clara, por si las moscas…
-De todas las nuevas artes tecnológicas, sólo apruebas en photoshop. La necesidad obliga.
-Dudas cada vez más del amor eterno. Salvo que tengas mucha suerte o un amante, claro.
-Te vas identificando con tu madre…
-Te preocupas por tener actualizados los seguros de vida y hogar.
-No puedes salir sola de casa sin antes obtener varios visados: el de tu marido, tus hijos, tus padres, tus suegros, el trabajo, el tiempo, el transporte, la salud, el periodo, el dinero, la ropa, los zapatos, el pelo y el perro del vecino (que te controla como nadie…).
-Los entierros se convierten en tu reunión más popular. La única ocasión de ver a toda la familia y amigos juntos.
-Reniegas de las celebraciones porque ya sólo ves los inconvenientes y el trabajo.
-Se empeñan en llamarte señora, cuando tú sabes que no eres más que una chiquilla…
-Lees prospectos e ingredientes. Con la lupa. La de luz incorporada.
-Sonríes y estás de acuerdo con la mayor parte de este artículo…
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