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Te llevaré en mis ojos...

Publicado el 27 abril 2010 por Lacoleccionistadeespejos
Te llevaré en mis ojos...
Rodrigo Arias F.

Adolfo Bioy Casares, dijo alguna vez que:


" Escribir es agregar un cuarti a la casa de la vida.
Está la vida y está pensar sobre la vida,
que es otra manera recorrerla intensamente.
Escribir es un intento de precisión", calculo medido, agrego yo.

Rodolfo Enrique Arias Formoso nació e Guadalupe, Goicochea, San José, el 06 de mayo del año 1956. Las ideas con respecto a él van y vienen, su fé de vida nos dice que es Informático y que una de sus habilidades es ser gran aficionado al juego de ajedrez, y que ha urdido una obra variada que abarca todos los géneros, menos la poesía. Se dedica en especial a la narrativa, y algunos de sus personajes son inolvidables, el caso de Tertuliano, o el del Típico Calvo , en Vamos para Panamá.
También tiene ensayos, con una irónica visión del pomposo estilo de vida moderna. Sin embargo, es autor me gusta muy poco; pero admito que su prosa es clara y sencilla y que, al contrario de otros autores del bin ban costarricense, que se definen a si mismos como innovadores de la corriente estética del naturalismo literario, su palabra mantiene siempre un hilo conductor: lo social, llevado con la verborrea apenas justa, y sin excesos que define, como buen ajedrecista, un estudio analítico antes de dar el siguiente paso, por tanto, pertenece al tipo de autor al que el lector concurre con facilidad porque no hay que crear una sola cosa de lo que escriben otros, para dar a entender lo que quiere decir, para mi definición de un escritor para quién la palabra es aventura, no simplemente una colección de paginas haciendo fila en el anaquel de una tienda años después de haber sido editado por primera vez...
Quizá es cuestión de sabores, y nio saberes, enterarse de qué pasó con la visión literaria a partir de la revolución post modernista de los años 70, que no termina aún; a partir de la mirada de un autor como este: vieja lectura atrapada en el puerto de una vieja idea, que madura conforme pasa el tiempo...
Ahora recuerdo que la primera noticia que tuve de este autor, fue con el General Tertuliano, y fue porque Lore lo trajo a colación. Recordé entonces, que ya había leído este libro y tenía un recuerdo algo que más que difuso del autor: en 1989, precisamente con el Emperador Tertuliano y su generación de super limpios; ganó mención y recuerdo que tantoCardona Peña como Zúñiga tuvieron la misma idea: "No es un mal libro, pero solo el tiempo madura la fruta..." Del segundo libro me impresionó la cantidad y calidad de los recuerdos de barriada, que también Darling me remitió, y me prometí volverlo a leer, para retomar una imagen que necesitaba ubicar... La lectura quedó en suspenso, porque descubrí Te llevaré en mis Ojos, Premio Nacional, Aquileo J. Echeverría, 2007 , y entonces me quedó claro: gato viejo pro no pendejo... daba por hecho un avance interesante.
Veamos.
Dos libros, un mismo autor, con un mismo fin: contar la historia social de una Costa Rica, todavía joven en su ideario político, pero desde el punto de vista del plano de la memoria muy joven en aquel entonces; pero perfectamente consciente de que los detalles son importantes, son algo así como el llamado a un rito de amor, que hay que saber cómo entregar de modo que nos quede en las manos el sabor a un pasado que nos gusta recordar, reconquistar; mediante el uso de la imaginación y de la imagen...
1.) La imagen; 1970: es el año de ALCOA, La incentivación de los nuevos ideales, la efervencia universitaria, la guerra en Nicaragua, la de El Salvador apenas empieza, la del Cono Sur, tendría un final dramático e inesperado...
2.) Ahora imaginen (usar la imaginación, pues) que están leyendo un cuento, novela, para el caso da lo mismo en donde hay un personaje inmerso en una realidad que parece segura, cotidiana, pero no lo es; se llama REVOLUCIÓN SOCIAL, y acaba de llegar de un largo viaje por la historia patria, dispuesta a instalar en el corazón de la nueva generación; que dio origen y transcendencia a los grandes cambios sociales que desde entonces vivimos; con la que el escritor construye los hechos con un relato ágil, muy personalizado, (lo vivido) sucediendo una serie de eventos, diálogos personales, y vuelvo al sabor del libro: se adivina en las sombras el perfil de una incesante cacería de perlas revolucionarias que dan vida a un tiempo indiscutible, que demuestran que la hartadura de imágenes son un hecho y nada hace falta...
Ven que sutil forma de jugar con el mismo elemento, con la misma gracia y elegancia del equipo técnico de un fotógrafo llevando la cuenta de una secuencia p-e-r-f-e-c-t-a-m-e-n-t-e-organizada, mediante el uso de un tercer elemento: el amor que parece ser un género poco frecuentado en las historias sociales; y que más allá de la alamagama es la piedra angular del texto en tanto los personajes se debaten en sus límites, sin lograr su realización porque de lo que se trata es de obtener el objeto del deseo: Los Cambios Sociales; y es que bajo la lógica del triángulo amoroso giran las posibles afinidades electivas, dejando a cada uno de los personajes merodeando la felicidad ajena: tremendo uso de hilo conductor, que se dilata, dando apenas lo necesario, en una serie de desencuentros de los personajes, cambiando de identidad y de piel, mientras se suceden los malentendidos, ejercicios sociales,encordando ese mismo hilo que nace desde un principio bajo la idea, de la "seguridad social" con un muy fino humor que atraviesa la escritura con un léxico preciso y vigoroso, que hace no querer despegar una página de otra, ni cerrar el libro hasta el final...
La novela, en sentido tiene un estilo natural (pulido), donde podemos sentir el placer del escritor al trabajar ideas brillantes que generan historias siempre contundentes, guardadas desde hace tiempo pero que ahora asolea, rodeando siempre el sentimentalismo y lo cursi, hasta llegar a un Happy End; un tanto inesperado, pero para nada casual: se advierte en el lenguaje, en el trabajo metódico de la escritura, y más de la memoria dirigiendo el lente de la cámara hacia un lector que añora una simple historia de amor, placentera y sin tantas complicaciones.
Recomendación segura para los nóveles escritores; pero sobre todo para Bioy Casares, si viviera...
Todo espejo, tiene un mundo distinto al cual dirigirse, si no me creen, pregunténle a la nueva versión de Blanca Nieves

13 Espejos con marco de cedro

L.C.E


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