Revista Literatura
Te llevaste toda luz, los signos, la escritura... ¿que vo...
Publicado el 31 julio 2012 por TeoremaTe llevaste toda luz, los signos, la escritura... ¿que voy a esperar de la amanecida? y, sin embargo, mi boca espera, y mi alma espera, y tú me esperas.La luz siempre llega de lo alto y eso me jode porque me hace pensar en algún dios con sus putas linternas. Previo al alba o de alguna bóveda que se atreva a contener nuestro amor, enciendo un fósforo antes de llevártelo a tus labios y lo acerco a tu piel. Leo en ella. Materia viva. Como la tierra de los campos, basta, basta a mi corazón ligera siembra para darse a ti sin reservas. Qué eficacia la del amor. Otra vez lluvia. Mientras me acerco a oscuras a tus labios, una luciérnaga me guía -fumas- pienso que la lluvia no tiene sal de lágrimas. Las mías sí porque están llenas de emoción y entrega.
Quisiera estar contigo no por verte sino por ver lo mismo que tú, cada cosa en la que respiras como en esa lluvia de tanta sencillez, que lava.Deja tu cuerpo en mis manos, tu piel en mis labios para que sirvan de primicia y sacramento.Tan ancho el mundo y no cabemos en él. Tan encendida esta luna de las doce, y uno de los dos siente encogérsele el alma de escalofríos. Tan enorme, tan horizontal te veo y yo sigo reptando por tu epidermis como un insecto hambriento en el envés de una hoja nervuda y carnosa.Pero es aquí, en la dura penumbra de mi alcoba, mientras fuera brama con furia el toro del laberinto, donde quiero tenerte, desnudarte, sentirte, y encontrarme y perderme soportando tu cuerpo.Materia viva, mi amor, mi alimento