Te ofrezco los días que me quedan, no sé cuantos serán pero son el resto de mi vida y vos sabes que es lo único que tengo, si me muero hoy, bueno, poco te habré ofrecido, pero tal vez muera en cinco días o en veinte, no sé, tentado a decir pocos, pero ¿pocos para que? y si digamos vivo ¿cien días? ya es otra cosa, cien días son tres meses y unos besos, madura la oferta, te ofrezco los días que me quedan, ni un abrazo más, ni el sol ni la luna te puedo ofrecer, pero si mi piel erizada de luna y si mis labios secos de sol y si me estiro un poco y en lugar de cien, te digo ¿mil días? con las noches y todo, mil maneras de honrar tu cuerpo,
dos años y muchos atardeceres, no sé cuantos serán ni como serán, te ofrezco los días que me quedan, no te ofrezco tiempo ni futuro, mis sucesivos hoy te ofrezco y en el altar de mis dudas, desnudo y temblando de miedo, en este humilde acto, hago la formal entrega de mí y te ofrezco los días que me quedan.