Revista Literatura
Te quiero.
Publicado el 09 febrero 2012 por MedeaTe quiero. Te lo digo sin aspavientos, sin grandes entradas ni máquinas de humo, sin maquillaje y con el pelo revuelto, sencilla y llanamente, te quiero. Te quiero sin ambiciones ni promesas, sin planes, con la mirada cerca, muy cerca del corazón y lejos, muy lejos del horizonte. Sin llantos ni sonrisas, sin lamentos, bajito, muy bajito en tu oído, como un secreto, con los labios, con mis manos, con tus ojos, Te quiero. Te quiero siempre y a ratos, a minutos y a segundos atemporales, de vez en cuando, a menudo y bastante…y cuando tengo tiempo, y a veces, raramente, nunca, nunca y siempre de nuevo. Te quiero y te acaricio, en el aire, y te beso, en el aire, y te sueño, en el aire y en la cama, te agarro, con los dientes y con las uñas y con las fuerzas que me quedan, y te susurro “Te quiero, te quiero”, simplemente, “Te quiero”, sólo eso, “Te quiero”.
Y cojo manos y beso mejillas y me arrastran dedos y labios y copas y sueños, y promesas que atrapan y que enganchan y que mienten mientras hablan y que hablan adormiladas y satisfechas y cansadas. Y cansada espero “Te quiero”, me digo, “te quiero”. Y ando y escucho y nunca estoy atenta y las voces se cruzan, y hablan niños y señoras y viejos, madres atentas, francesas y melosas y yo apenas miro, apenas oigo, apenas vivo, lo justo, necesario, bombeo y paseo y el ritmo se pierde, se oscurece y se muere, se muere lentamente, se muere en cada paso, en cada calle, se muere, me muero. Y tú apareces, te cruzas y dices “te quiero”, bajito, muy bajito en mi oído, como un secreto, con tus labios, con tus manos, con mis ojos…”Te quiero”. Y yo digo “Te quiero, te quiero”, y eso es lo último, eso es lo último que digo, “Te quiero”.