Picasso le puso la zancadilla con Alice, Eva Sulzer fue la única mecenas que se mantuvo a su lado hasta el final de sus días, y Breton le dio ese abrazo en el que dos viejos amigos saben que el perdón sólo es cuestión de un Dios menor.
El documental es una joyita. W. Paalen y su obra nos abre un horizonte desde el pasado ancestral hasta el futuro universal.
Al salir de la proyección, "ay, ay, ay" otro LAT-IDO mexicano, con lluvia de mujeres me llovió en las mejillas en el G.Pompidou.
Fueron los besos de Elena: La Musa de Fernando Díaz.