Revista Literatura

Tecnología inteligente

Publicado el 22 mayo 2014 por Migueldeluis
Tecnología inteligente

Foto Cortesía New Old Stockphoto

¿Existe la tecnología inteligente o solo podemos hablar de un uso inteligente de la tecnología? La respuesta es un viaje de exploración al mismo ser de la humanidad.

Un minimalista se reconoce por su relación con las cosas. Esta relación puede tomar muchas formas, pero deberá ser siempre consciente. Uno se hace minimalista porque toma conciencia de la influencia de las cosas en su vida y, conforme se conforma con menos cosas, su nivel de comprensión aumenta. Este es un momento de peligro.

Lo que puede pasar es uno llegue a pensar que es el capitán perfecto de su vida, o que, en todo caso, lo llegará a ser, simplemente deshaciéndose de una cosa más. Siempre, de una cosa menos; puedo llegar a creerme que si tengo una cosa menos me liberaré de todas las influencias perversas del mundo.

Pero lo cierto es que uno no se libera de la influencia de la tecnología mientras uno viva en este mundo. Quizás no haya ejemplo más decisivo, aún resulte estridente que Auschwitz o Hiroshima.

La tecnología inteligente y el Imperio de la mega-máquina

Siempre ha habido matanzas en la historia. El execrable saqueo de Shanghai, con sus miles de asesinatos, bien podría haber sido cometido por los asirios o las legiones romanas. La Shoah, que simboliza Auschwitz, contiene muchos actos de salvajismo y crimen que son comunes a la historia pero, considerados globalmente, contienen una diferencia fundamental. Ni siquiera pueden compararse a cualquier otra persecución que anteriormente sufrió el pueblo de Israel. Auschwitz es la matanza industrial: los seres humanos se convierten en la materia prima de una siniestra fábrica de producir cadáveres.

Anders identifica dos raíces de Auschwitz. En primer lugar, lo que llama, el Imperio de la mega-máquina. La sociedad industrial ha generado una relación de sumisión a la estructura tecnológica. [...] Esta es la primera condición que hizo posible Auschwitz.

La segunda es consecuencia de esta relación invertida. La máquina totalitaria [...] abre una desproporción radical entre representación y acción, [...] la separación radical entre acción humana y conciencia.

Daniel Barreto en Crítica a la idea de progreso en Walter Benjamin y Günther Anders, Revista Meletea

Ni las víctimas, ni los verdugos, ni los testigos, ni los que miraban para otro lado pudieron liberarse de esta influencia perniciosa. Su mundo era y es un mundo post-Auschwitz y post-Hiroshima.

El simio hizo fuego y el fuego hizo al hombre

La relación entre la tecnología y el ser humano parte, quizás, desde nuestro propio origen. El ser humano que afiló la primera piedra cambió nuestra posición en la ecología. Ningún león puede tener garras más grandes que lo que la naturaleza proporciona. Nosotros, constantemente, hemos aprendido a ser más fuertes, más rápidos, hasta conquistar y casi destruir la misma tierra de la que dependemos. Tanto nuestra evolución biológica como social se encuentra fuertemente imbricadas con nuestra tecnología. Hemos evolucionado para aprovechar mejor la tecnología. Probablemente se pueda llegar a decir que las herramientas nos hacen a nosotros tanto como nosotros las hacemos a ellas.

Esto de evolucionar suena a positivo y por eso conviene recordar que la naturaleza carece de valores. Una piedra que cae no se preocupa de si va a romper un jarrón Ming; cae por gravedad y punto. El oso que se adaptó al entorno polar no es mejor que el oso primigenio ni los pájaros son mejores que los dinosaurios. De la misma manera tampoco el hombre del paleolítico es mejor que el hombre del neolítico, ni viceversa. Sencillamente se han adaptado a entornos diferentes; la única diferencia es que somos nosotros mismos, a través de nuestra tecnología, los que transformado el entorno.

Hemos aprendido que el el progreso es un mito, pero también que no nos podemos aislar de las ideas que la sociedad genera en su eterna adaptación a la tecnología. Precisamente una de esas ideas, aún como reacción, es el minimalismo, es la simplicidad y es el movimiento slow. Todo lo que hago, ¿no puede ser fruto del miedo a verse instrumenta-lizado por los mismos instrumentos que construimos. ¿Acaso tenemos miedo a las pantallas?

Uso inteligente de la tecnología inteligente

Si quieres crear una relación más consciente con las tecnologías de la información, debes entender cómo nos programan los ordenadores. [...] Los ordenadores han cambiado nuestro entendimiento del trabajo, la inteligencia y la memoria humana y nos ha llevado a valorar (como un ordenador) cualidades como la eficiencia, la velocidad y la productividad más que la creatividad, la deliberación y la minuciosidad. La idea de que la inteligencia es fija en vez de flexible, creer que nuestras habilidades son versiones antiguas de nuestras creaciones digitales y aceptar que el futuro pertenece a los dispositivos más que a nosotros mismo, tiene asimismo, consecuencias en el mundo real.

Alex Soojung-Kim Pang en The Distraction Addiction

Este es el mundo en el que vivimos. El mercado nos va a exigir, tú me vas a pedir y yo mismo voy a querer, ser más rápido, más eficiente, escribir artículos más grandes, con mayor frecuencia. Y tú querrás leer más, compartir más o...

O quizás ya esté empezando a parlotear lo primero que llega a mi memoria, como un ordenador... No es posible quedarse "sólo con lo bueno" de la tecnología. Como tampoco es posible beber "solo lo bueno" del vino. Lo único que se puede hacer es moderar su consumo, saber decir basta, apartarse, si es necesario, con una sonrisa y un no protector.

Es tiempo de meditar, precisamente porque creemos que no hay tiempo

Meta

Publicado: 22 de mayo de 2014

Categorías: productividad, sabiduría, simplicidad

Etiquetas: slow

Tecnología inteligente

Foto Cortesía New Old Stockphoto

¿Existe la tecnología inteligente o solo podemos hablar de un uso inteligente de la tecnología? La respuesta es un viaje de exploración al mismo ser de la humanidad.

Un minimalista se reconoce por su relación con las cosas. Esta relación puede tomar muchas formas, pero deberá ser siempre consciente. Uno se hace minimalista porque toma conciencia de la influencia de las cosas en su vida y, conforme se conforma con menos cosas, su nivel de comprensión aumenta. Este es un momento de peligro.

Lo que puede pasar es uno llegue a pensar que es el capitán perfecto de su vida, o que, en todo caso, lo llegará a ser, simplemente deshaciéndose de una cosa más. Siempre, de una cosa menos; puedo llegar a creerme que si tengo una cosa menos me liberaré de todas las influencias perversas del mundo.

Pero lo cierto es que uno no se libera de la influencia de la tecnología mientras uno viva en este mundo. Quizás no haya ejemplo más decisivo, aún resulte estridente que Auschwitz o Hiroshima.

La tecnología inteligente y el Imperio de la mega-máquina

Siempre ha habido matanzas en la historia. El execrable saqueo de Shanghai, con sus miles de asesinatos, bien podría haber sido cometido por los asirios o las legiones romanas. La Shoah, que simboliza Auschwitz, contiene muchos actos de salvajismo y crimen que son comunes a la historia pero, considerados globalmente, contienen una diferencia fundamental. Ni siquiera pueden compararse a cualquier otra persecución que anteriormente sufrió el pueblo de Israel. Auschwitz es la matanza industrial: los seres humanos se convierten en la materia prima de una siniestra fábrica de producir cadáveres.

Anders identifica dos raíces de Auschwitz. En primer lugar, lo que llama, el Imperio de la mega-máquina. La sociedad industrial ha generado una relación de sumisión a la estructura tecnológica. [...] Esta es la primera condición que hizo posible Auschwitz.

La segunda es consecuencia de esta relación invertida. La máquina totalitaria [...] abre una desproporción radical entre representación y acción, [...] la separación radical entre acción humana y conciencia.

Daniel Barreto en Crítica a la idea de progreso en Walter Benjamin y Günther Anders, Revista Meletea

Ni las víctimas, ni los verdugos, ni los testigos, ni los que miraban para otro lado pudieron liberarse de esta influencia perniciosa. Su mundo era y es un mundo post-Auschwitz y post-Hiroshima.

El simio hizo fuego y el fuego hizo al hombre

La relación entre la tecnología y el ser humano parte, quizás, desde nuestro propio origen. El ser humano que afiló la primera piedra cambió nuestra posición en la ecología. Ningún león puede tener garras más grandes que lo que la naturaleza proporciona. Nosotros, constantemente, hemos aprendido a ser más fuertes, más rápidos, hasta conquistar y casi destruir la misma tierra de la que dependemos. Tanto nuestra evolución biológica como social se encuentra fuertemente imbricadas con nuestra tecnología. Hemos evolucionado para aprovechar mejor la tecnología. Probablemente se pueda llegar a decir que las herramientas nos hacen a nosotros tanto como nosotros las hacemos a ellas.

Esto de evolucionar suena a positivo y por eso conviene recordar que la naturaleza carece de valores. Una piedra que cae no se preocupa de si va a romper un jarrón Ming; cae por gravedad y punto. El oso que se adaptó al entorno polar no es mejor que el oso primigenio ni los pájaros son mejores que los dinosaurios. De la misma manera tampoco el hombre del paleolítico es mejor que el hombre del neolítico, ni viceversa. Sencillamente se han adaptado a entornos diferentes; la única diferencia es que somos nosotros mismos, a través de nuestra tecnología, los que transformado el entorno.

Hemos aprendido que el el progreso es un mito, pero también que no nos podemos aislar de las ideas que la sociedad genera en su eterna adaptación a la tecnología. Precisamente una de esas ideas, aún como reacción, es el minimalismo, es la simplicidad y es el movimiento slow. Todo lo que hago, ¿no puede ser fruto del miedo a verse instrumenta-lizado por los mismos instrumentos que construimos. ¿Acaso tenemos miedo a las pantallas?

Uso inteligente de la tecnología inteligente

Si quieres crear una relación más consciente con las tecnologías de la información, debes entender cómo nos programan los ordenadores. [...] Los ordenadores han cambiado nuestro entendimiento del trabajo, la inteligencia y la memoria humana y nos ha llevado a valorar (como un ordenador) cualidades como la eficiencia, la velocidad y la productividad más que la creatividad, la deliberación y la minuciosidad. La idea de que la inteligencia es fija en vez de flexible, creer que nuestras habilidades son versiones antiguas de nuestras creaciones digitales y aceptar que el futuro pertenece a los dispositivos más que a nosotros mismo, tiene asimismo, consecuencias en el mundo real.

Alex Soojung-Kim Pang en The Distraction Addiction

Este es el mundo en el que vivimos. El mercado nos va a exigir, tú me vas a pedir y yo mismo voy a querer, ser más rápido, más eficiente, escribir artículos más grandes, con mayor frecuencia. Y tú querrás leer más, compartir más o...

O quizás ya esté empezando a parlotear lo primero que llega a mi memoria, como un ordenador... No es posible quedarse "sólo con lo bueno" de la tecnología. Como tampoco es posible beber "solo lo bueno" del vino. Lo único que se puede hacer es moderar su consumo, saber decir basta, apartarse, si es necesario, con una sonrisa y un no protector.

Es tiempo de meditar, precisamente porque creemos que no hay tiempo

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Publicado: 22 de mayo de 2014

Categorías: productividad, sabiduría, simplicidad

Etiquetas: slow


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