Regresaron. Más feas y más ruidosas. Empiezan desde bien temprano y continúan hasta bien tarde. ¡Y no paran! No se detienen en una pared a dejarme vivir: vuelan zumbando por donde más molestia puedan causar.
Ayer habíamos salido todo el día y una ventana se quedó abierta. Estábamos infestados. No sé cuántas: como cinco en la recámara. Horrible.
He ido a buscar el veneno megapoderoso que tal vez sea radiactivo, pero todavía no llega a la tienda. Mañana lo busco en el local desde el cual -según yo- lo distribuyen a la colonia.
Una razón más por la cual prefiero el tiempo de frío.
AQUÍ la primera entrada de la categoría: "Temporada de moscas"
(escrita en el lejano 2011).
Silvia Parque